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Chinos combatiendo con el Ejército Ruso en Ucrania


 

Por Ignacio Montes de Oca

 

La captura de dos ciudadanos chinos con uniformes del ejército ruso tensionó la relación entre Ucrania y China. Ahora Kiev informa que identificó un total de 155 chinos que prestan servicio en las filas de Putin y exige que Pekín aclare su responsabilidad.

 

Uno de los prisioneros, Wang Guanjun tiene 34 años y proviene de la ciudad de Xinzheng. El otro, Zhang Renbo, tiene 27 años y nació en la provincia de Jiangxi. Fueron apresados en combates en las localidades de Tarasivka y Bilogorivka, en el oblast ucraniano de Donetsk. Esta vez no se trata de soldados norcoreanos combatiendo en territorio ruso. Esa fue la excusa de los propagandistas del Kremlin para evitar admitir la injerencia de terceros. Están en suelo ucraniano y se suman al contingente de más de 70 nacionalidades contratados por Rusia.

Los soldados capturados eran parte de un grupo de seis que participaron en combates contra tropas ucranianas el 8 de abril. Entre sus pertenencias se encontraron documentos y tarjetas bancarias que confirmaban su nacionalidad. En los interrogatorios, dieron más información. Uno de los prisioneros afirmó haber aceptado una paga mensual de 30.000 rublos, unos 317 euros, por enlistarse y enfrentar problemas con la justicia china como motivo de su decisión. Dijo que además le prometieron la ciudadanía rusa al regresar del frente. Además, confesó que no tenía experiencia militar y que tomó un arma por primera vez al ser enviado al frente. Desde octubre de 2024 se reporta el enrolamiento de chinos por parte de Rusia, dentro de una convocatoria más amplia realizada en todo el mundo.




Pese a las afirmaciones del chino capturado sobre el pago recibido, el medio británico The Guardian reveló que el Kremlin ofrece entre U$S 7.750 de salario y un bono inicial de U$S 21.000 una vez que un postulante chino responde a los avisos de convocatoria. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, tuvo que salir a aclarar que “siempre ha exigido a sus ciudadanos que se mantengan alejados de las zonas de conflicto armado y eviten involucrarse en conflictos armados de cualquier forma”. Sin embargo, la excusa de Pekín no satisface a Ucrania. China tiene uno de los regímenes con mayor control sobre su población y es allí donde reside la principal debilidad de su argumento. De no ser parte interesada, ya hubiese bloqueado el reclutamiento ruso.

En un país en donde el contenido que circula en las redes es vigilado de manera extrema por el gobierno, no se impidió que el gobierno de Putin difundiera videos con subtitulado en mandarín en el que instaba a los ciudadanos de ese país a sumarse a las filas chinas. El SBU, el servicio de inteligencia ucraniano mostró a la prensa local documentación con fotografías y detalles de los pasaportes de 13 reclutas chinos que estaban siendo seleccionados para prestar servicio en el Ejército Ruso a partir del 2 de abril.

Ucrania no se conforma con las explicaciones chinas. Su ministro de RREE, Andrii Sybiha, dijo que “los ciudadanos chinos que luchan como parte del ejército de invasión ruso ponen en tela de juicio la postura declarada de China a favor de la paz y socavan su credibilidad”: https://x.com/andrii_sybiha/status/1909596394580476252 . Zelensky dijo que “La participación de China en Rusia en esta guerra en Europa, directa o indirectamente, es una clara señal de que Putin hará todo lo posible para no poner fin a la guerra. Busca la manera de continuarla”. Busca así alertar a Occidente sobre las implicancias.



Rusia, de acuerdo con fuentes de inteligencia occidental, alcanzó en marzo las 800.000 bajas y necesita engrosar sus filas. El enrolamiento de 160.000 rusos por el sistema de conscripción no es suficiente para un ritmo de pérdidas que ronda el millar de bajas diarias. A la detección de ciudadanos chinos se le suma la verificación de un contingente de 11.000 miembros del ejército norcoreano. Pero en el caso de China el asunto es aún más complejo porque Pekín dice sostener una postura de neutralidad, que es aparente. Si bien Xi Jinping no está a favor de las anexiones rusas, China es el principal sostén político y económico que tiene Putin en el exterior y la permisividad de Pekín para que sus ciudadanos refuercen las filas rusas no es una circunstancia menor para el curso de la guerra.

China tiene suficiente peso económico para detener la guerra con solo usar su rol de primer comprador de productos rusos y el grado de dependencia que tiene Rusia de los productos chinos para reemplazar los faltantes occidentales por las sanciones. Además, esa misma dependencia se repite en mayor grado con Corea del Norte respecto a China. Los norcoreanos son una segunda marca china para apoyar a Rusia con una discreción que comienza a agrietarse cuando Putin necesita más mano de obra para la guerra.

Ucrania busca correr el eje de su vínculo con EEUU desde los reclamos de materias primas a una alerta sobre el rol de Pekín en la guerra en momentos en que Trump aumenta su belicosidad con China. Kiev busca recordarle y mostrarle la firmeza de la alianza entre Putin y Xi Jinping. Mientras se sigue esparciendo la fantasía de una política de seducción que aleje a China de Rusia y la arroje a los brazos de EEUU, Zelensky le advierte a Trump acerca del juego en el que lo ha envuelto Putin con constantes idas y vueltas en una negociación por un cese el fuego.

Pekín ahora blanquea de a poco un apoyo con hombres a Rusia, una de las demandas más urgentes por el altísimo consumo de su picadora de carne. Es sencillamente tonto creer que dejaría marchar por descuido a la primera línea de combate a sus ciudadanos portando documentos. Incluso si hubiese sido un error, la respuesta no fue una disculpa seguida del levantamiento de la red de reclutamiento en su país. Xi Jinping vuelve a demostrar que finalmente prefiere apoyar a su aliado y su fuente de recursos primarios como lo hace en cada momento crucial.

Rusia lanzó otra ofensiva. Necesita más cuerpos para lanzar contra las trincheras ucranianas y recursos para sostenerse mientras Putin sigue eligiendo el disfraz de hippie pacifista; si es invitado al Salón Oval debe ir vestido de manera adecuada como para no ofender a Vance. Tampoco es un hecho menor que China acepte acelerar el enrolamiento de sus ciudadanos en el ejército de Putin en momentos en que escala la guerra arancelaria con EEUU. Ese enfrentamiento puede derramarse a otros ámbitos no económicos y poner a prueba las alianzas.




En tanto, Xi Jinping y Putin refuerzan sus lazos con una próxima visita del líder chino a Moscú para asistir al Desfile de la Victoria el 9 de mayo próximo. La parada militar es uno de los eventos en los que Rusia exhibe el estado de su músculo militar. El simbolismo es evidente. En los desfiles anteriores desde la invasión de febrero de 2022, Putin se mostró sin la compañía de mandatarios extranjeros de peso estratégico. Si Xi Jinping aplaudirá el paso de las tropas rusas, será un mensaje claro para Trump sobre el alineamiento de China con Rusia. Con el paso de las tropas rusas quizás se cuele alguno de los chinos reclutados para mostrar que la alianza sino-rusa abarca todos los niveles y ya no se limita a que Xi Jinping haya sido el financista que permitió a Putin llegar tan lejos pese a las sanciones occidentales.

De allí que la captura de un par de chinos con uniforme ruso tenga una dimensión más profunda que la que parece a primera vista. Zelensky se juega a que Trump reaccione de una vez y comprenda que las cartas de amor que recibe de Putin llevan implícita una promesa de adulterio.

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