Entrevistamos al Comandante Conjunto Aeroespacial de Argentina, brigadier Marcelo Guerrero, sobre el rol que cumple el comando bajo su mando en la coordinación de la defensa del espacio aéreo argentino.
Por Santiago Rivas
El Comando Conjunto Aeroespacial es una organización relativamente reciente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina, a cargo de la defensa del aeroespacio de la nación. Hablamos con su comandante, el brigadier Marcelo Guerrero, sobre la misión que cumplen y las perspectivas a futuro.
“El comando aeroespacial es un comando aéreo de defensa, que tiene capacidad de proyección aeroespacial y en el futuro se va hacer cargo de todas las operaciones que en tiempo de paz haya en el aire en el territorio nacional. Hoy estamos directamente dirigidos a vigilancia y control aeroespacial. ¿Qué es lo que hace el comando? Tiene responsabilidad en todo el país, sobre todo el espacio aéreo soberano y espacio aéreo de interés. ¿Qué significa eso? Todo el país, más 200 millas de mar. ¿Qué hace efectivamente este comando? Tiene orientados esfuerzos en función de lo que el estado nacional le ordena” explica Guerrero a modo de introducción sobre el rol del Comando.
Pucará Defensa: ¿Cómo se hizo el cambio, desde que lo gestionaba la Fuerza Aérea al Estado Mayor Conjunto?
Brigadier Guerrero: La Fuerza Aérea es el tercer pilar del instrumento militar, que tiene una sola misión: es la que disuade en el espacio aéreo y la que entra en combate. Ahora, legalmente ¿qué fue lo que se decidió? Que la parte orgánica del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea se dedique a adiestrar y sostener, y el Estado Mayor Conjunto coopere en operaciones conjuntas. Pero es la Fuerza Aérea en el Estado Mayor Conjunto la que opera, porque el Estado Mayor Conjunto no puede operar, ya que es un órgano de coordinación y generación de fuerzas, que tiene un comando operacional del cual dependemos nosotros, el que lleva adelante las operaciones en tiempo de paz.
Las operaciones que lleva hoy en día son operaciones subsidiarias de las fuerzas armadas, porque no tiene operaciones de combate. Tiene operaciones como ahora la Operación Belgrano por el covid, el comando electoral o una campaña sanitaria a través de medios de la Armada.
Distintos somos nosotros, que justamente no hacemos operaciones subsidiarias, sino operaciones de la misión del instrumento militar. Hacemos defensa aérea. Ahora, ¿es Fuerza Aérea? Es un comando, y los comandos pueden llegar a tener una misión específica y medios específicos, pero tienen que limitarse a trabajar dentro del Estado Mayor Conjunto. Si bien se llama Comando Conjunto Aeroespacial, es un comando netamente de Fuerza Aérea con una misión y doctrinas plenamente de Fuerza Aérea, que tiene medios del Ejército y de la Armada que hacen a la misión de lo que sería desde el comando de la Fuerza Aérea, pero en el ámbito conjunto.
PD: En caso de un conflicto ¿cómo sería este trabajo?
BG: Nosotros en Argentina tenemos una doctrina que es prácticamente la asignada por toda Latinoamérica, por la cual se genera un teatro de operaciones. En un conflicto determinado, el poder ejecutivo determina un teatro de operaciones en el que se va a actuar, se nombra un comandante del teatro y se le nombran comandantes de componentes que hacen a su misión. El componente aeroespacial es el que tiene la responsabilidad de las operaciones militares dentro del teatro. Nosotros vamos a estar fuera del teatro, hacemos el resto del país. Entonces ¿qué hace este comando en situaciones de guerra? Primeramente, dar la alerta estratégica, porque mientras no esté conformado el teatro de operaciones, nosotros somos responsables de ver por todos lados. Segundo, generarle y prepararle los medios a los que sí van a estar en el teatro. Porque el día que se forme el teatro, esa parte del país se lleva todos los medios que yo disponga para la defensa aérea del teatro de operaciones. Y nosotros nos dedicamos al resto del país. Mi misión en tiempo de paz es vigilancia y control aeroespacial y en tiempo de guerra es vigilancia y control aeroespacial de la zona que no estaría incluida en el teatro de operaciones.
PD: ¿Hoy como están trabajando?
BG: Éste es un comando que está trabajando las 24 horas, 365 días desde el año 2016. No paramos nunca. Cuando fue el apagón de 2019, que se quedó la Argentina sin luz, fue la mejor prueba que tuvo este comando, porque no se nos apagó nada. Mientras todos estaban desesperados buscando un generador, nosotros seguíamos con los radares funcionando, con los dos centros de operaciones aeroespaciales funcionando y con los medios totalmente en capacidad de salir.
Estamos funcionando todos los días del año apuntando a objetivos principales o secundarios que el Estado Mayor General Conjunto a través del Ministerio de Defensa nos ha dado. Se hace una planificación totalmente centralizada que es la que hacemos acá y después tenemos centros de operaciones aeroespaciales, que son los que ejecutan de forma descentralizada las tareas en función del plan que nosotros les damos.
PD: ¿Cómo están trabajando la coordinación cuando se detecta, por ejemplo, un vuelo irregular?
BG: Hay una serie de procedimientos que están establecidos por doctrina, en la cual hay distintas agencias o departamentos dentro del Centro de Operaciones Aeroespaciales que son responsables de cada una de las tareas. En la detección, por ejemplo, de un tránsito aéreo irregular (TAI), se desata una serie de normas y de procedimientos que llevan a determinar si ese tránsito aéreo es realmente irregular, si es un infractor aéreo o es un avión que a la alarga se termine identificando en función de esos estamentos, y se determina si es necesario sacar un avión para hacer su interceptación, seguimiento e identificación y a la par de eso vamos haciendo un trabajo muy cerrado y muy conjunto con el Ministerio de Seguridad, porque se le va dando la información fría, cruda, para que ellos vayan posicionándose y advirtiendo que existe una muy alta probabilidad de que lo que estemos viendo sea alguien que esté por cometer algún tipo de acción delictiva, que no lo sabemos. Para nosotros es defensa.
Hay una cosa que tiene que quedar claro. Primero, todo lo que vuela, vuela, por ende, no lo podés parar. Por ende, no sabes la intencionalidad que tiene. Y hasta que no puedas despejar esa duda es un problema de defensa. Está en riesgo no solamente la seguridad operacional aérea, porque puede ser un elemento que pueda producir daño a otro avión, y también puede ser un objetivo desde el punto de vista de defensa, porque puede producir daño letal a los habitantes de la nación.
PD: ¿Cómo es la coordinación con el Ministerio de Seguridad?
BG: Es tan bueno el trabajo que estamos haciendo y el feedback de información que los dos sabemos muy bien hasta dónde podemos llegar. A mí no me dicen “fulano de tal es un delincuente, hay que buscarlo”, lo que me dicen es “necesitaría que vueles este día a esta hora en tal lugar y mires para tal lado”. Puede surgir que sean dos tareas, primero que yo esté observando para pasarles información o que yo este observando para tapar un agujero que ellos no quieren tener porque va a estar bajo control de ellos el lugar por donde pueden a entrar. Ese trabajo nos ayuda muchísimo, porque nos ha permitido afinar al máximo el modo de acción que estamos realizando en estas operaciones y aprovechar de la mejor manera posible los recursos disponibles.
Antes uno sacaba aviones para interceptar algo y es muy difícil con los medios aéreos que tenemos, interceptar cualquier tipo de avión en un territorio tan vasto. Pero si me dan una indicación precisa, yo puedo definir la misión que va a tener el avión. Ya no es como antes, interceptar para tratar de compelerlo al aterrizaje. Hoy está orientado a interceptarlo, identificarlo, seguirlo lo más posible, transferir información a las fuerzas de seguridad, que ellos después van a ir posicionando sus medios.
PD: ¿Hoy como están en cuanto a medios?
BG: No me cabe ninguna duda que lo que voy a decir es algo que está en discusión hoy en día y es tener un caza interceptor que sirva como tal. Es decir, que tenga capacidades de interceptor, es decir radares y armamento para defensa aérea y que sobre todo, que tenga performance para actuar en toda la gama de velocidades, en toda la gama de altura y en todas las gamas de tiempo meteorológico que sean necesarias. Hoy no lo tenemos, tenemos una gran deuda con respecto al desarrollo y al cumplimiento de las capacidades.
PD: Hoy no tenemos la capacidad de interceptar un jet usado para narcotráfico…
BG: No, no la tenemos. En realidad, no es que no la tengamos. Uno si tiene información puede llegar a lograr la interceptación. Puede llegar a aprovechar la capacidad de los medios disponibles. Aparte que hay una cosa que tiene que quedar claro, y es importante remarcarlo, yo tengo disponibilidad de todos los medios aéreos de la Fuerza Aérea. A mí la Fuerza Aérea, lo que pido, me lo da, que es una cosa que me da una satisfacción muy grande. Y eso me permite a mí, afianzando la buena información que puedo llegar a tener de fuentes de seguridad, usar de la mejor manera posible los medios que pueda llegar a disponer. Ahora, cualquiera que intenta hacer algún tipo de actividad aérea que ponga en peligro la seguridad aérea nacional con medios aéreos de altas velocidades, a mi se me complica bastante, pero uno siempre tiene la otra cara de la moneda. Ese tipo de aviones exigen un tipo de capacidad para volarlo, tiene que tener algún limite de altura y demás que a mí me favorece por lo que es el posicionamiento de los radares.
PD: ¿Cómo es la situación en cuanto al plan de radarización?
BG: El plan de radarización está avanzando, se acaba de firmar hace poco el segundo contrato con INVAP. Un segundo contrato que a fines de 2016 se había firmado, pero no se había completado y nunca había sido financiado. Ahora se reformuló en función de las reales capacidades y necesidades que tenemos nosotros. A medida que van pasando los años nosotros vamos descubriendo el producto de INVAP y le vamos encontrando cosas que se pueden mejorar y que se van mejorando. Entonces, es muy distinto el primer contrato firmado que ya está experimentado, con el segundo contrato que tenemos ahora, se han redefinido muchas cosas. Estos años de experiencia nos han permitido eso. Y este segundo contrato está orientado a lograr muchísima más especialización y muchísimo mas perfeccionamiento en lo que es el medio radar y la operación del mismo. Estamos logrando muchísimas capacidades, y se está llevando a cabo. Dependemos también del presupuesto, como cualquier otro país, pero mientras haya financiación, que estamos lográndola a través del Fondef. Vamos a tener ya la segunda serie, que se va a empezar a entregar a finales de este año o principios del año que viene.
PD: ¿Cuál es la principal diferencia con respecto a la primera serie?
BG: Son radares mucho más prácticos, mucho más livianos, más operativos, que están basados en la experiencia que tuvimos con el RAM, que sí es móvil. Esa experiencia que logró INVAP después de haber trabajado con el RPA270, les permitió llegar a tener un producto que, siendo móvil, para nosotros es muy bueno. Y permitió desarrollar uno fijo mucho mejor que el anterior, con mucha menos infraestructura, mucho más ágil en sus capacidades. O sea un radar verdaderamente muy bueno.
PD: ¿En cuanto a aviones de alerta temprana?
BG: También, si bien el comando aeroespacial no es el SINVICA (Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial), sino que gerencia la operación. Pero el SINVICA es un sistema integrado que implica muchas cosas, no solo radares. Es algo que gestiona la Fuerza Aérea, financiado por supuesto a través del Ministerio de Defensa. Y dentro del SINVICA siempre se previó la idea de contar con aviones de alerta temprana. Gracias a Dios, de hace 6 años atrás a hoy, la situación cambió rotundamente, porque hace 6 años ni pensábamos en poder tener un avión de producción propia y hoy ya estamos pensando en la posibilidad de tener un avión de alerta temprana de producción propia. Sea con un radar desarrollado por INVAP, con una aeronave que FAdeA o Río Cuarto estén en condiciones de adaptar a ese radar. Antes uno veía un Sentry y veía un plato de radar impresionante y era una cosa gigante. Y hoy, con la tecnología de apertura sintética y de barrido electrónico ya no son necesarias esas modificaciones estructurales. Nosotros tenemos una ventaja muy grande en Argentina, que es tener una empresa que desarrolla aeronaves, muy buenas y de alta tecnología. Eso es algo que hay que aprovechar.
PD: ¿Será con el Pucará Fénix o en algún otro avión?
BG: El Pucará Fénix es con lo que estamos empezando, es una plataforma ISR que está orientada a lo que es el Comando Aeroespacial, de manera tal de que me permita detectar y sin la necesidad de ponerme al lado del avión, como es el procedimiento OACI para interceptar una aeronave, mantenerme totalmente alejado con las capacidades ópticas enganchadas al radar, poder tener una imagen e identificar claramente cual es el medio que está volando.
Por supuesto va a tener otro tipo de capacidades, que no solamente van a ser aprovechadas por el Comando Aeroespacial en defensa aérea, sino también en operaciones aéreas de carácter ofensivo.
Es un desarrollo muy interesante, es una plataforma que no tiene ni un solo cable conectado al avión. Te da independencia de poder utilizarlo y homologarlo con distintos sistemas de armas, no solamente con el Pucará. Porque el pod trabaja por un sistema inalámbrico a la cabina de comando, inclusive con un sistema de datalink a mi centro. El avión va a estar volando en Salta y yo voy a estar viendo acá en Merlo la imagen con alta definición. Y eso nos va a dar un know-how para otras cosas más grandes.
PD: ¿Cuál es el problema mas grande de amenazas que encuentran?
BG: Nosotros no tenemos actividades ilícitas, para nosotros son actividades de defensa aeroespacial y operaciones de soberanía aérea. Los principales problemas que tenemos son los de siempre. Necesitamos más radares, ya los vamos a tener, pero mientras no los tenga hay que agudizar el ingenio para ver cómo podemos tapar los agujeros que podemos llegar a tener. Aquellos que burlan la soberanía aeroespacial son los aviones de siempre, hay de todo tipo, porque también uno relaciona la violación del espacio aéreo con tránsito aéreo irregular y traficantes. Y no es así, hay un montón de gente que viola las normativas de vuelo, sea por desconocimiento, sea por mala intención, sea porque realmente hace ilícitos. Cosa que me entero porque aparece en el diario o alguien me dice “el avión ese que nos pasaste lo agarramos”. Pero hay de todo, nosotros por ejemplo hemos perdido mucho esfuerzo, sobre todo en las campañas de aeroaplicación.
PD: ¿Existen muchos problemas con esa actividad?
BG: Mucho problema, si bien se ha orientado ahora, se ha dado mucha información a través de la ANAC, a través de las documentaciones a las cuales tienen acceso todos los pilotos en las cuales se les da normativa, hay una campaña muy importante que este mismo comando hace junto con la ANAC y la EANA de ir a los aeródromos y les tratamos de explicar lo que le sale al estado nacional sacar un avión porque sí. Y se han hecho algunas cosas. Hay muchos tipos de formularios que agilizan la operación, sobre todo en lugares donde están las campañas de aeroaplicación, que están desplegados en aeródromos o en campos alejados. Pero hay muchos todavía que desconocen la normativa vigente o que tratan de aprovechar las posibles debilidades que pueda tener el sistema y después terminan siendo un problema.
PD: ¿Cómo es el trabajo de ustedes cuando hay eventos como cumbres de presidentes?
BG: El comando tiene distintos esfuerzos, el esfuerzo principal al norte y uno de los esfuerzos secundarios es este tipo de cumbres. Generalmente, cuando se genera una defensa aérea para algún evento de interés para el estado nacional, como una cumbre o las olimpiadas de la juventud, adquiere una importancia trascendental en ese momento, donde las prioridades y los esfuerzos hay que equilibrarlos. Si bien yo no puedo dejar de cubrir lo que es la vigilancia y control aeroespacial en el norte, tengo ahora que hacer defensa aérea puntual, porque ahí si voy con normas de combate, que son las reglas de protección aeroespacial aplicadas con armamento. Para esas actividades se genera una planificación específica, porque va a haber necesidad de tener operaciones muy particulares y muy definidas. Se generan otro tipo de contactos también con todos los interesados en la defensa y la seguridad de ese evento, porque se tiene que trabajar de forma sinérgica. Cuanto más importante y más difícil de proteger son mayores los niveles de restricciones y de acciones que uno tiene que tomar. El G20 en Buenos Aires fue uno de los mejores ejemplos, tuvimos que cerrar el espacio aéreo porque fue la mejor manera de poder tener un mínimo nivel de control ahí arriba.
Pero son tareas que no dejan de ser algo normal para nosotros y para lo que estamos preparados. Toda la gente que está en el Comando Aeroespacial sea tanto de Fuerza Aérea o del Ejército o la Armada, es gente que se ha formado toda su vida en eso. Es una tarea que podríamos decir que a veces es más fácil que lo que podríamos hacer en el norte. Porque esto es mucho más específico.
PD: ¿En esos casos los sistemas antiaéreos pasan a manejarlos ustedes?
BG: Toda la conducción es centralizada, la ejecución es descentralizada. La defensa aérea no es solo el radar y el avión, se realiza en el aire y desde tierra. A medida que vas pasando los niveles de acercamiento del objetivo que tenés que defender son distintos los medios que vas a emplear. El último es la artillería antiaérea, más cerca todavía el sistema antidrones, que eso lo tenemos. Son cosas que todas dependen de mí porque toda la cadena de defensa tiene que estar centralizada. Entonces pasan todos a depender de mí, independientemente de la fuerza de la que sean .
PD: ¿En drones cómo trabajan?
BG: Es un tema complejo. Nosotros tenemos la capacidad de poder neutralizar drones. La Fuerza Aérea en su momento adquirió un sistema para defensa de bases. Fundamentalmente lo tenemos para lograr la libertad de acción de nuestros medios aéreos, procurando que ningún dron pueda venir a interferir. Cosa que ahora se está viendo en los aeropuertos civiles, porque un dron que se cruza es un pájaro metálico que se está metiendo en la turbina o le esta pegando a la estructura del avión .
La Fuerza Aérea ha hecho un convenio con la EANA en lo que hace a Aeroparque (de Buenos Aires) para que uno de nuestros sistemas antidrones pueda operar para brindarle seguridad en los momentos de despegue y aterrizaje. Nosotros lo usamos como defensa aérea.
PD: ¿Se usaron en la cumbre del G20?
BG: Se usó en el G20, se usó en los Juegos Olímpicos de la Juventud, ahí los estrenamos. Se uso en la asunción del presidente Fernández. Los usamos bastante.
PD: En esos eventos, por ejemplo, en el G20, ¿cómo se trabajó con fuerzas de otros países?
BG: Nosotros tenemos en tiempo de paz Normas Binacionales de Defensa Aérea, NBDA. Son contactos directos con los centros de operaciones de otros países entre los cuales nos transferimos información de interés mutuo. Se determinan zonas en las fronteras, donde, ante cualquier medio que se constituye como tránsito aéreo irregular que esté por pasar al país con el tengo el convenio, se le avisa al país para asegurarse de que el radar del otro lado lo haya visto y vayan sabiendo que ese tránsito es irregular. Esas normas se mantienen activas, nosotros tenemos con Uruguay, con Brasil y con Paraguay. Todos los días tenemos contacto con los centros de operaciones. Incluso en un estamento más avanzado, como es defensa aérea, no vigilancia y control, también nos permite capacidad de transferencia y control y cubrirnos las espaldas mutuamente con nuestras capacidades de vigilancia y control. En el G20 lo hicimos con Uruguay.
Uruguay participó directamente con nosotros en la defensa aérea, ellos se hicieron responsables de brindarnos vigilancia y control efectivo del otro lado de la frontera. Hoy tenemos la capacidad exclusiva con Uruguay de poder transferirnos la señal del radar. Poder ver en mi centro de operaciones el radar de Carrasco y ellos puedan ver en su centro de operaciones el radar de Merlo o el de Villaguay.
Hay veces que el acuerdo es tácito y hay otras veces que puede ser efectivo. El G20 fue efectivo. Nosotros nos pusimos de acuerdo, con normas, con procedimientos, ellos tenían sus aviones. En otros son: “sabemos que tenés esto y te voy a cubrir por las dudas”.
PD: Cuando fue el G20 ¿hubo asistencia de Estados Unidos?
BG: Siempre hay ayuda mutua. En distintos grados. En algunos casos va de que te trae un AWACS y te lo ubica en tal lugar para ayudarte y hacerte la alerta en vuelo porque no tenés la capacidad. Otras veces es ponerte una fragata y, si vos necesitás, tenés cobertura aérea misilística. Y otras veces es “solo te doy información o te pongo un nombre de enlace y te ayudo con información satelital”. Nosotros tenemos mucha ayuda de varios países, no es que uno compromete la soberanía específicamente con alguien. Pero si, en muchos eventos, como el interés es mutuo y como hay algunos países que tienen procedimientos muy estrictos en lo que hace a la seguridad de sus mandatarios, esos procedimientos tienen que ser coordinados con los nuestros. Entonces si bien nosotros ejercemos la soberanía sobre nuestro espacio aéreo, ante esos tipos de intereses siempre hay acuerdos como para colaborar mutuamente y el otro país confiar en que nosotros tenemos la capacidad de poder armar la defensa aérea.
PD: El G20 fue un desafío, porque estaban todos los mandatarios …
BG: Llevar adelante la cumbre del G20, en lo que era vigilancia y control, fue una tarea maratónica. Fue preparar durante mucho tiempo un plan factible que fuera claramente entendible por todos y fue un esfuerzo de medios terrible.
Ahora nos queda la tranquilidad de haberlo hecho bien. Nos queda la satisfacción de que otros países lo vieron y dijeron “gracias, porque lo hicieron muy bien”. Y, por otro lado, otros lo vieron y dijeron “epa, son capaces” y esa es la mejor propaganda que podemos llegar a tener.
Nuestro trabajo, como todo lo que es defensa, es un trabajo aburrido porque siempre estas esperando que pase algo y hay días, meses y años que no pasa nada.
PD: Pero el éxito es justamente que no pase nada.
BG: Exacto.
PD: Fue también una puesta a prueba de las capacidades. Porque había mucha critica sobre si las fuerzas iban a poder hacerlo.
BG: Sí, pero nosotros sabíamos que lo podíamos hacer y el Ministerio de Defensa lo sabía. La primera vez que lo hicimos fue en el 2005 y nos dimos cuenta de que éramos capaces de hacerlo, aun con muchísimos medios faltantes.
En le G20 nosotros desplegamos cuatro radares, aparte de los radares que teníamos fijos. Eso nos dio una cobertura de radar muy grande. Por eso tampoco fue necesario a pleno la venida de un AWACS, como si fue necesario en la cumbre de Mar del Plata, donde los medios de vigilancia eran escasos, teníamos dos radares si mal no recuerdo. Pero teníamos dos AWACS que estaban dando vueltas constantemente.
Uno siempre piensa que el río o el mar son una frontera infranqueable y sin embargo nosotros tenemos tanto las Meko 360 como las Meko 140, buques que tienen capacidad de defensa aérea, de vigilancia. Son medios que se enganchan rápidamente a mi comando, a mi centro de operaciones y terminan siendo una prolongación de vigilancia y defensa muy grande.
Todo ese sincronismo de capacidades y de defensa que fueron lográndose a lo largo de los años es lo que hoy nos permite saber que lo podemos hacer, sabemos que tenemos los medios, nos falta todavía un caza interceptor, pero hay algo que es importantísimo, sabemos que tenemos la doctrina y el expertise para hacerlo.
PD: ¿En medios antiaéreos no hay una falta de equipos?
BG: Estamos en una falta muy grande en lo que hace a medios de defensa antiaérea. Pero estamos encarando la solución. El estado nacional ya definió a nivel conjunto el RBS70NG para lo que seria misiles de defensa aérea de muy corto alcance. Ya se está por firmar el contrato. Es una compra conjunta de simuladores y misiles de entrenamiento para las tres fuerzas. Va a estandarizar para las tres fuerzas un único misil. Y se está analizando lo que es defensa antiaérea de mediano alcance, donde es un poco mas complejo porque es más caro. Ha habido una oferta de Rusia pero es inalcanzable desde el punto de vista del precio, son medios muy caros. Pero es algo que lo hemos definido, la capacidad está definida y las fuerzas saben lo que necesitan. Ahora es cuestión de la política y economía.
PD: ¿Y cómo es la situación en el resto del país? Ya que hablamos del norte, ¿hay algún tipo de actividad irregular?
BG: Si, donde prendemos el radar siempre hay algo.
PD: Porque todavía falta bastante radarización en el sur.
BG: Falta muchísimo. De lo que es el SINVICA se ha completado la primera serie de seis radares, ahora estamos con la segunda serie de otros seis. Sigue siendo una prioridad el norte. si bien ahora se va a adicionar una tercera serie hacia el sur.
PD: ¿Cuántos radares tendrían que ser en total?
BG: En su momento en el SINVICA fueron 36 radares. Ahora estoy hablando de un sistema que lo diseñamos en el año 2004, pasados casi 20 años las tecnologías disponibles son muchísimo mejores. Entonces hoy necesito otro tipo de radares, de capacidades, que capaz sea un número menor.
PD: ¿Y cómo ves el comando hacia el futuro?
BG: Lo veo con muchas esperanzas. Primero, éste fue el primer comando real que se diseñó para operar en el ámbito conjunto en una misión de instrumento militar directo, un organismo permanente para vigilancia, control y defensa aérea. Funcionó. Con sus golpes al principio hasta que la doctrina y la mentalidad de todos los que teníamos que trabajar en este elemento se alineó. Hoy es un ejemplo sobre el cual se van desarrollar otros comandos.
Entonces al futuro lo veo muy bueno. No solamente porque va a seguir siendo modelo y ejemplo para otros comandos operacionales que se creen, sino también porque ya con las capacidades que vamos adquiriendo, nuestra forma de trabajar se va haciendo cada vez mas exigente y mas perfecta.
Antes cuando estaba en la Fuerza Aérea yo quería ir al Comando de Operaciones Aéreas y hoy no existe. Es únicamente un comando que adiestra y alista, y el comando que opera es éste.
PD: Fue un cambio doctrinario darle más importancia al Estado Mayor Conjunto.
BG: El Estado Mayor Conjunto tiene una importancia relativa. Todos tienen importancia. La capacidad me la brinda el Estado Mayor General de cada fuerza, los dos hacen a que yo pueda tener una capacidad operativa.
PD: También cambió la relación entre las fuerzas, de trabajar más cerca
BG: Después de Malvinas se tomó como una cuestión de primer nivel el trabajo coordinado, esa es una de las mayores tareas del Estado Mayor Conjunto, no mezclados sino coordinados. Y ese trabajo coordinado se ha logrado y creo que se ha perfeccionado a muy alto nivel. Por ejemplo, la Agrupación Vigilancia Aérea de Ejército también depende de mí y trabaja perfectamente conmigo. Hoy los puestos de observación aérea del Ejército son sumamente eficientes, me dan una libertad de acción muy grande, sobre todo ahora que hemos logrado mayor movilidad con ellos. El hecho de que cuando yo pueda disponer de un buque como el Meko 360 o el Meko 140, por supuesto que tiene a veces su reticencia. Cada uno tiene capacidades misiones que cumplir. Por ahí el comandante de un destructor Meko 360 tiene que fondearse en el Río de la Plata para brindarme un escudo mas grande para vigilancia y control y no es la tarea para la cual se formó toda su vida. Pero hace justamente a que nosotros entendamos lo que él siente, pero que él también sienta “tengo un valor que va más allá de ir con el buque a mar abierto”.
PD: También es una visión mas completa de la defensa, no solamente una fuerza o una unidad, sino de como todos van sumando al aparato de defensa.
BG: Correcto, la defensa es una cuestión conjunta. Lo que haga uno impacta en lo que puede llegar a hacer el otro y lo que haga el otro posiblemente ayuda en lo que haga éste. Entonces es algo que se tiene que ver con un todo coordinado.
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