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El Reino Unido reconoce la soberanía de Mauricio sobre Chagos: La importancia del caso en relación a Malvinas




 

Por Santiago Rivas

 

En el día de hoy, 3 de octubre, los gobiernos del Reino Unido y Mauricio hicieron público que se llegó a un acuerdo en el que finalmente el gobierno británico reconoce la soberanía de Mauricio sobre el archipiélago de Chagos, el cual había sido mantenido ilegalmente por los británicos luego de la independencia de Mauricio. El acuerdo, plantea que según sus términos “el Reino Unido acordará que Mauricio es soberano sobre el archipiélago de Chagos, incluida Diego García. Al mismo tiempo, ambos países están comprometidos con la necesidad, y estarán de acuerdo en el tratado, de garantizar el funcionamiento a largo plazo, seguro y eficaz de la base existente en Diego García, que desempeña un papel vital en la seguridad regional y mundial.  Durante un período inicial de 99 años, se autorizará al Reino Unido a ejercer, con respecto a Diego García, los derechos soberanos y autoridades de Mauricio necesarios para garantizar la continuidad del funcionamiento de la base hasta bien entrado el próximo siglo”. De esta manera, Gran Bretaña (y Estados Unidos, que opera la base en Diego García) se aseguran mantener la base mientras aceptan la soberanía de Mauricio sobre los territorios.



El acuerdo además expresa que “abordará los errores del pasado y demostrará el compromiso de ambas partes de apoyar el bienestar de los chagosianos. Mauricio tendrá ahora libertad para aplicar un programa de reasentamiento en las islas del archipiélago de Chagos, con excepción de Diego García, y el Reino Unido capitalizará un nuevo fondo fiduciario, así como proporcionará otro tipo de apoyo por separado, en beneficio de los chagosianos.


También anunciará una nueva era de asociación económica, de seguridad y ambiental entre nuestras dos naciones. Para hacer posible esta asociación, el Reino Unido proporcionará un paquete de apoyo financiero a Mauricio. Esto incluirá un pago anual indexado durante la vigencia del acuerdo y el establecimiento de una asociación de infraestructura transformadora, respaldada por subvenciones del Reino Unido, para llevar a cabo proyectos estratégicos que generen un cambio significativo para los mauricianos e impulsen el desarrollo económico en todo el país. En términos más generales, el Reino Unido y Mauricio cooperarán en la protección del medio ambiente, la seguridad marítima, la lucha contra la pesca ilegal, la migración irregular y el tráfico de drogas y personas dentro del archipiélago de Chagos, con el objetivo compartido de asegurar y proteger uno de los entornos marinos más importantes del mundo. Esto incluirá el establecimiento de una zona marina protegida de Mauricio”.

Es importante destacar que el caso de Chagos es muy similar al de Malvinas, en el sentido de que el Reino Unido ocupó tanto el archipiélago de Chagos como el de Malvinas en el siglo XIX y que ambos territorios eran parte integrante de otras naciones (Mauricio y Argentina respectivamente), donde en ambos casos se expulsó a la población local para reemplazarla por británicos, manteniendo de hecho una situación colonial que, en ambos casos, fue denunciada por Naciones Unidas en 1965, a través de la Resolución 2065 en el caso argentino y la 2066 en el de Mauricio. En ambos casos, el hecho de que la población actual fue implantada por el estado colonizador tras expulsar a los pobladores locales contrariando el derecho internacional, no se puede tomar en cuenta su derecho de autodeterminación.

El acuerdo anunciado hoy es la culminación de un largo proceso, pero que tuvo como punto más importante la resolución 71/292 de junio de 2017 de la Asamblea General de la ONU, que le solicitó a la Corte Internacional de Justicia una "opinión consultiva" sobre el caso de Mauricio, donde la Argentina hizo una presentación acompañando la postura de Mauricio, “como un claro caso de desmembramiento territorial que tensiona y violenta los mismos principios que están en disputa en el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur”. La Corte consideró que el Reino Unido no procedió correctamente a la descolonización del territorio cuando otorgó la independencia a Mauricio al quedarse con el archipiélago de Chagos y que su ocupación es ilegal, lo que llevó a que la Asamblea General de la ONU votara en 2019, con 116 países a favor, sólo 6 en contra y 56 abstenciones, que el gobierno británico tenía un plazo de seis meses para renunciar al archipiélago de Chagos a favor de Mauricio.



La resolución de la ONU fue crucial también para llevar a otro fallo, esta vez del Tribunal Internacional del Derecho del Mar, órgano judicial de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, donde en la disputa de límites entre Mauricio y Maldivas, determinó que la pretensión de Maldivas de incluir a Gran Bretaña como parte en la disputa era inadmisible al considerar que Mauricio tenía la soberanía sobre Chagos, lo cual fue rechazado por el Reino Unido, diciendo: “El Reino Unido no tiene ninguna duda sobre nuestra soberanía sobre el Territorio Británico del Océano Índico, que ha estado bajo soberanía británica continua desde 1814. Mauricio nunca ha tenido soberanía sobre el British Indian Ocean Territory y el Reino Unido no reconoce su reclamo”. Sin embargo, hoy el Reino Unido ha finalmente aceptado que Mauricio tenía razón.

Antes de recurrir a la ONU, Mauricio había intentado la negociación bilateral, pero, al igual que ocurre en el caso de Malvinas, Gran Bretaña planteaba el “paraguas de soberanía”, de manera de negociar todos los asuntos bilaterales exceptuando la cuestión de la soberanía. Esto terminó cuando la ONU, la Corte Internacional de Justicia y la Convemar dieron la razón a Mauricio, dejando a Gran Bretaña en la ilegalidad. Hoy Gran Bretaña ha vuelto a esa misma postura del “paraguas de soberanía” con la Argentina, la cual acaba de aceptar dichos términos en un pobre acuerdo que fuera denunciado por la vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, ya que no aporta casi ningún beneficio a la Argentina mientras sí les brinda beneficios a los británicos.

 



Una estrategia para la Argentina

En la negociación entre Gran Bretaña y Mauricio hay varios puntos a tomar en cuenta por parte de la Argentina. El primero de ellos es que la negociación abarcó mucho más que la cuestión de la soberanía, sino toda la relación entre los dos países, ya que el acuerdo aborda muchas cuestiones de asistencia bilateral. El segundo es que Mauricio comprendió que debía entender por qué los británicos mantenían Chagos y era solamente por la base en Diego García, por lo que permitirles mantener la base a cambio de un pago anual destrabó la disputa. Entendieron que ir por todo solo hacía inflexibles a los británicos, a pesar de que ya el mundo les había indicado que su ocupación era ilegal. En el caso de Malvinas es más complejo, dada la proyección antártica, pero allí es un punto en donde la Argentina y el Reino Unido (junto también con Chile) deberán trabajar en conjunto porque ese territorio también está amenazado por potencias extrarregionales, como Rusia y China. Sin embargo, la Argentina podría aceptar cuestiones como el uso de la base de Mount Pleasant y Mare Harbour por parte de los británicos, ya que no tendrían ningún uso para la Argentina.

La retórica tribunera argentina, llevada a cabo por los gobiernos kirchneristas, tampoco ha ayudado en nada y solo vuelve más inflexibles a los británicos, de la misma manera que aceptar el paraguas de soberanía no aporta ninguna ventaja a la Argentina.

En un acuerdo final por Malvinas también se pueden incluir aspectos de cooperación de defensa, que serían de gran importancia para ambos países en un mundo cada vez más convulsionado, pero especialmente serían relevantes para Gran Bretaña, que cada vez tiene menos capacidad para mantener sus aspiraciones de ser un actor con presencia global. Es importante en este sentido que Gran Bretaña comprenda que mantener el conflicto con la Argentina solo alimenta a aquellos que desean un alineamiento argentino con potencias que hoy están en disputa con occidente, como Rusia y China, en tiempos en donde casi toda América Latina se ha inclinado hacia ese lado.

Además, se pueden plantear acuerdos comerciales y otros aspectos donde haya intereses en común y beneficien a ambos países, pero lo más importante es que la Argentina desarrolle una estrategia seria y concreta, pragmática y de largo plazo con el objetivo claro de llevar a Gran Bretaña a negociar una solución final a la cuestión de la soberanía, tomando como ejemplo lo logrado por Mauricio.

 

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