El submarino Tipo 209/1200 BAP Chipana (SS-34) comenzó oficialmente sus pruebas en el mar después de completar sus pruebas finales en cubierta tras la modernización realizada en SIMA Perú desde 2018 y es la primera que se realizar en el astillero.
La intervención, asesorada por ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS), implicó una transformación integral de sus sistemas. Se renovó el motor eléctrico de propulsión y del cableado, se optimizaron los sistemas de control, sensores y equipos de comunicaciones, dotándolo de capacidades operativas superiores y prolongando significativamente su vida útil.
Las pruebas en el mar permitirán validar el correcto funcionamiento de los sistemas renovados en condiciones reales de navegación, garantizando así la seguridad de la tripulación y la eficacia de las misiones. Entre las pruebas previstas se destacan maniobras en superficie, en donde evaluarán la maniobrabilidad del submarino, su respuesta a los comandos y la eficiencia de los nuevos sistemas de propulsión. Además, se realizarán inmersiones a diferentes profundidades, poniendo a prueba la resistencia del casco, la eficacia de los sistemas de control de flotabilidad y la precisión de los sensores. Se harán pruebas de los sistemas de armas, en donde verificarán el funcionamiento de los tubos lanzatorpedos, los sistemas de control de tiro y la efectividad de las nuevas armas y, se realizará una evaluación de los sistemas de comunicaciones, en donde comprobarán la calidad y la fiabilidad de las comunicaciones submarinas y de superficie.
La modernización del BAP Chipana es solo el primer paso en un ambicioso plan de renovación de la flota submarina peruana. Se espera que los otros submarinos de la clase Angamos sigan un camino similar, lo que permitirá a la Marina del Perú contar con una fuerza submarina homogénea y altamente capacitada. A largo plazo, el objetivo es mantener a la flota submarina peruana a la vanguardia tecnológica, garantizando así su relevancia en el escenario naval global.
El BAP Chipana, tras su modernización, se ha convertido en un símbolo de la capacidad de la Marina del Perú para adaptarse a los desafíos del siglo XXI. Esta iniciativa no solo fortalece la capacidad de defensa del país, sino que también impulsa el desarrollo tecnológico y la cooperación internacional.