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Foto del escritorSantiago Rivas

Entrevista a Darío Giussi, gerente del Área de Defensa de INVAP.

Hablamos en exclusiva con Darío Giussi sobre los desarrollos que tiene la empresa tanto en cuanto a radares como otros productos para la defensa.

Por Santiago Rivas

¿Cómo ha sido el desarrollo de radares por parte de INVAP?

El radar es claramente una tecnología transversal que tiene alrededor de veinte años de desarrollo en INVAP. Comenzamos dentro de los sistemas e instrumentos para la industria espacial, específicamente el inicio del recientemente lanzado satélite SAOCOM de la CONAE, que transporta un radar tipo SAR (Radar de Apertura Sintética) en banda L. Ese fue nuestro origen, luego vinieron los sistemas de radar para control civil de tránsito aéreo, los sistemas militares orientados a vigilancia y control aeroespacial, todo la familia RPA (Radar Primario Argentino) diseñada, desarrollada y producida para el SINVICA (Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial) del Ministerio de Defensa que opera la Fuerza Aérea Argentina. También tenemos en nuestra cartera de productos a los radares meteorológicos, lo que constituye una cierta singularidad, ya que hay muy pocas empresas en el mundo que abarcan en su oferta radares civiles, militares y meteorológicos. Son tres negocios distintos para una misma tecnología. Nuestros volúmenes todavía nos son grandes globalmente; hasta hace dos años estuvimos enfocados en el mercado doméstico, ejecutando esos tres grandes planes de desarrollo y producción, control de tránsito aéreo, de vigilancia y control militar, y meteorológico. Y los tres continúan, pero ya empezamos a abrir un poco la oferta en el mercado con presencia en ferias internacionales y también en publicaciones especializadas como Jane´s o Pucará Defensa. Así, llevamos casi veinte años en el área, un tiempo interesante de desarrollo y maduración para pegar un salto, que conlleva aprendizaje en sí mismo, por supuesto.

INVAP es una empresa de tecnología que tiene una proyección muy amplia, a lo largo de 44 años de existencia ha constituido áreas de negocio propias, como en lo nuclear con reactores de investigación, en lo espacial con los satélites y en el área de sensores y radares para las actividades mencionadas, pero con características de transversalidad de capacidades tecnológicas.




¿Hoy el área de defensa que más abarca, además de radares?

Entre otros, desarrollamos sensores electroópticos y sus sistemas asociados como el SAI/SADI, un sistema electroóptico giroestabilizado visible, infrarrojo y láser, que tenemos a bordo de un avión de la Armada Argentina P-3B Orion, que fue desarrollado también para aeronaves del Ministerio de Seguridad, que se ha usado en campañas Antárticas en el rompehielos y otras misiones. Además, sistemas asociados a los sensores, o sea, no hacemos solamente sensores. En el caso del programa meteorológico, desarrollamos, instalamos y mantenemos el centro de operaciones del SINARAME, el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos. Estamos trabajando en sistemas de comando y control, en partes críticas de sistemas no tripulados, que arrancamos en su momento con el SARA, Sistema Aéreo Robótico Argentino para VANTs clase 2 y clase 3, y sus cargas útiles: radar, electroóptica y los sistemas de misión y comunicaciones. Y ahora estamos con un proyecto muy interesante junto a las empresas Cicaré y Marinelli, el RUAS-160, es un sistema de helicóptero no tripulado de uso dual, civil y militar, con mucho potencial que presentamos en Expoagro y en el que estamos trabajando en la aeronave y en las cargas útiles que tendrá la capacidad de transportar.

¿En cuanto a los radares, cuáles son los que están actualmente en vigencia? Para ir describiendo

Lo más importante que está en vigencia en Defensa es la segunda serie del Programa RPA, Radar 3D de largo alcance. Este desarrollo se inició con una etapa de prototipo y tuvo una primera serie de seis unidades. Hoy está en ejecución una segunda serie de igual cantidad, y estamos trabajando en una actualización tecnológica, que es la adecuada para mantenerse en el estado del arte. Éste empezó en 2008, y ahora como evolución tecnológica del RPA original, basado en un arreglo de fase activo, hoy estamos trabajando en tecnologías de digital beamforming y de AESA y con semiconductores más novedosos como los de nitruro de galio. En el medio presentamos el RPA-170, una variante móvil para la reunión G-20 del pasado 2018, que forma parte de la misma familia.



El RPA es el mayor desarrollo de INVAP en radares. Foto: INVAP

¿La idea es seguir produciendo para el plan de radarización de Argentina?

Si, seguimos produciendo para el plan de radarización argentino. En todos los casos se trata de equipamiento, con su infraestructura si la requiere, instalación, soporte y mantenimiento, lo que no quería dejar de recalcar. Porque nosotros arrancamos con el desarrollo de sistemas desde cero, y después fuimos extendiendo necesariamente nuestra participación a todo el sostenimiento del ciclo de vida.

Entonces acá nuestras capacidades han terminado abarcando desde el entendimiento del CONOPS (Concepto de Operaciones), el Requerimiento Operativo, hasta el final del ciclo de vida, con mucha orientación a lo que pide el usuario, que es algo valioso para el país (u otro cliente) porque se provee lo que se necesita y no sólo lo que hay en “estantería”. No obstante, la idea es obtener en ese proceso sistemas compatibles con normas y aplicaciones globales, y que eso nos permite después insertarnos en el mercado internacional.

En el área civil hay un nuevo período de inversión en vigilancia y control de tránsito aéreo, ahora a través de EANA, que es la empresa estatal operadora. Se harán upgrades a modo S de los 23 radares secundarios que cubren toda la Argentina, se suman primarios, y se incorporará el ADS-B, o sea la actualización de la Argentina con las nuevas recomendaciones de OACI.

Y el SINARAME también tiene una continuación, ya que el programa plantea más de veinte radares meteorológicos Doppler polarimétricos para cubrir el territorio nacional, y hasta la fecha hicimos once.

En el caso de los de vigilancia aeroespacial son más de treinta los necesarios; ya llevamos siete, a los que hay que sumar cuatro más, móviles y los modernizados, digamos que estamos en un tercio de lo planificado.

Los modernizados son los Westinghouse AN/TPS-43

Claro, los Westinghouse, en lo que involucra al SINVICA, y no me quiero olvidar de los RASIT del Ejército Argentino. Modernizamos varias decenas y ahora también estamos en un nuevo ciclo evolutivo en trabajo conjunto con esa fuerza.

¿Cómo fue la modernización tanto de los RASIT como de los Westinghouse AN/TPS-43?

El eje pasa por entender donde hay que cortar, qué conviene conservar y qué no. Hay infinidad de sistemas militares en todo el mundo, relativamente antiguos pero con potencial de servir y aprovechar a fondo las inversiones hechas. Los Westinghouse AN/TPS-43 y los RASIT son algunos de los que hay centenares. También hay TPS/70, sistemas de tiro como los Oerlikon, y muchos más. El criterio general es trabajar en las partes que más se pueden beneficiar con las nuevas tecnologías. La etapa de potencia de radiofrecuencia, en el caso del AN/TPS-43, se conservó (aunque también ya tenemos opciones de estado sólido), pero el resto es totalmente de estado sólido, digital, con procesamiento de última generación, explotación remota, etc. Y en los RASIT se utilizó una filosofía semejante. Y la evolución en software, claro, de hecho, en algunos casos ni lo había, aparece con la plataforma modernizada permitiendo abrir una dimensión nueva de capacidades. Se extiende también la vida útil, porque se renueva gran parte de la cadena logística. Es una solución muy válida y eficiente cuando no se dispone de enormes presupuestos.

Además, están con proyectos nuevos de radares militares

Si, toda una familia en desarrollo de radares multifunción, radares full digital beamforming o AESA en uno o dos ejes.

Acá el abordaje de esta tecnología arrancó por el desarrollo del radar aerotransportado con capacidad SAR, justamente para un VANT grande.

Pero el concepto con el que trabajamos es de familia de productos, tratando de lograr la mayor base tecnológica posible, y reúso, de productos, tecnologías y/o herramientas. Apuntamos a satisfacer la demanda de lo que hoy se denomina radares multifunción. Por ejemplo, el RMF200V será un radar de defensa antiaérea, asociado o no a un sistema de tiro de corto alcance, pero que también puede funcionar como gap filler o radar de mediano alcance en vigilancia y control aéreo, o también radar de un buque tipo OPV.



RMF200V montado en un Humvee, con antena plegada y desplegada. Imagen: INVAP.




Entonces está pensado tanto para vehículos terrestres como para navales también

Está pensado para vehículos, para buques, para posiciones fijas. Está todavía en etapa de diseño y vamos haciendo algunas validaciones en laboratorio. Estamos trabajando con requerimientos de las distintas fuerzas y con algunos pedidos internacionales tratando de alinear especificaciones a las necesidades. Y la expectativa es de, quizá a fin del año que viene, tener un primer prototipo funcionando.

El otro proyecto era el RVT, parecido al RASIT

Si, el RVT también tiene más o menos los mismos tiempos. Este es un staring radar, tiene múltiples haces que ven simultáneamente todo el azimut, entonces se lo puede dejar fijo o rotarlo o combinar distintas caras para tener una cobertura 360º. Es un radar para infantería, también un radar costero, de vigilancia de fronteras e infra crítica, y es apropiado para un sistema antidrón. Emite muy poca potencia, en forma continua, y se puede escalar con coberturas típicas hasta los 80 Km.



Familia RVT desarrollada por INVAP. Foto: INVAP.

¿Cómo impacta la pandemia?

Bueno, obviamente impactó en los programas, tanto nacionales como los del exterior. INVAP es una empresa estatal (propiedad de la provincia de Provincia de Río Negro y controlada conjuntamente con Nación) pero totalmente autárquica. A casi todos los fines nos manejamos como una sociedad anónima. Vivimos de lo que producimos con los proyectos. Por lo cual tenemos una dependencia importante de lo que pase con nuestra facturación. Además de los ingresos, el efecto es también sobre las actividades; nos adaptamos bien al trabajo remoto, pero en algún momento hay que producir, medir, instalar, mantener…y hay que reinventar las formas.

¿Sobre el Pod para el Pucará qué se puede contar?

Como quizás se sepa, es un POD aerotransportado destinado a misiones de ISR que volará en la versión modernizada del Pucará, el Pucará Fénix, pero tiene perspectivas de extenderse a otras plataformas, de ala fija y rotativa, tripuladas y no tripuladas.

Tiene un Radar Aerotransportado de Apertura Sintética, compuesto por un sensor AESA de Banda X, con distintos modos de imagen SAR y modos de detección de objetivos móviles en tierra. El sistema además cuenta con un link de datos de banda ancha para transmitir en tiempo real la información obtenida a un centro de control. En el POD se encuentra también un Sistema de Adquisición de Imágenes (SAI), montado en una unidad estabilizada (Gimbal), que elimina las vibraciones y los efectos aerodinámicos, compuesto por un sensor Electro Óptico (EO) e Infrarrojo (IR), junto a un Telémetro e Iluminador Laser, con capacidad de seguimiento automático y marcador de blancos. En comunicaciones hay un link de datos de banda ancha para transmitir en tiempo real la información obtenida a un centro de control.

El programa "Pucará Fénix" será el marco para el desarrollo del POD ISR, se usará un ciclo de desarrollo incremental que a través de sucesivos METs (Modelos de Evaluación Tecnológica) irá incorporando capacidades al producto. A su vez con los ensayos de cada uno de estos METs el usuario podrá evaluar la experiencia de uso y en base a esto refinar los requerimientos de la siguiente etapa de desarrollo.

¿El radar del pod que uso tendría?

Inicialmente, en el MET 1, primer Modelo de evaluación Tecnológica, que volará en unos meses, el sistema portará solo el radar. La antena será pasiva y “mirará” hacia un sólo lado, no obstante, en los siguientes METs se incorporará la antena activa con capacidad AESA, los sensores EO/IR y se definirá qué configuración final adopta.

En el puesto trasero del avión va un puesto de operador con los controles y el sistema de misión.

El Sistema de Misión permite la planificación y la ejecución de las mismas, además del post-procesamiento de los datos obtenidos integrando las imágenes en el espectro visible, infrarrojo térmico, imágenes de radar de apertura sintética (SAR) fusionándolas entre sí. Este sistema de misión provee formas múltiples de representación en 2D y 3D, del plan de misión y navegación. Cartografía Rasterizada, Visual OACI, Satelitales y Relieve, DEMs, Mosaicos de imágenes de alta resolución, entre otras funcionalidades.

El radar otorga la capacidad de vigilancia y reconocimiento en cualquier condición climática, y horaria, la combinación con un SAI es óptima para la función del Fénix.



Proyecto del POD ISR tal como fuera presentado en 2019 durante la despedida de los IA-58 Pucará. Foto: Santiago Rivas.





La idea es que sirva para reconocimiento o también para misiones como, por ejemplo, ¿control de polución?

Para control de polución, temas atmosféricos, así como para relevamiento topográfico 3D, si bien es aplicable el radar, se suele usar más un Lidar. Esa tecnología también está planeada tenerla como parte de la oferta, y hay capacidades y desarrollos nacionales valiosos en la temática.

¿Y los otros radares que tienen proyectados para aeronaves que incluirían?

Son radares orientados a vigilancia marítima y terrestre y misiones derivadas. Con otro montaje en la plataforma, fijo o rotante según el caso, con capacidades SAR, ISAR, GMTI y todas las funciones necesarias para esas misiones. Hay también en un camino más largo, el radar de control de tiro o radar multimisión de nariz. Esto le sumaría a un avión que no lo tiene (por caso el IA-63) otra capacidad para la función de intercepción, porque las ultimas millas no se pueden hacer de otra manera si no hay condiciones de visibilidad. Y en un futuro es una tecnología estratégica, nosotros tratamos de apuntar a que lo que se haga permita ganar capacidades para no perder el tren tecnológico de Argentina en la materia. Por eso este proyecto que estamos encarando del radar en el POD con la Fuerza Aérea, y también en trabajos con la Armada, tiene esa importancia reforzada: por un lado, desarrolla un producto en sí mismo (o varios, relacionados), pero en el fondo es desarrollo de una tecnología clave, necesaria, habilitante y exportable.

En la parte de contramedidas electrónicas, ¿ustedes han trabajado?

En los radares más complejos, por ejemplo, la familia RPA, es una de las características más relevantes. Tiene un muy buen diseño en lo que es inherente y además incluye contra-contramedidas activas, que cumplen estándares muy buenos del estado del arte, salto de frecuencia, diversidad, alta inmunidad a interferencias, formas de onda arbitrarias, etc.

También hemos trabajado en otros sistemas en operación, que no podría detallar.

Y dentro de otros programas que abarcaron un conjunto de temas, como el proyecto de modernización de las MEKO con la ARA, también avanzamos en ingenierías y diseños que esperamos concretar ahora para sistemas MAE (Medidas de Apoyo Electrónico). Tenemos requerimientos de las fuerzas para trabajar en estos temas. Son temas muy críticos, si te venden, te venden las versiones de exportación, y son muy costosas, controladas y generan mucha dependencia.

¿Hay otros temas, digamos, en fase de I+D?

Sí, por mencionar algunos que hemos hecho, sistemas como un GBAS (Ground Based Augmentation System) para la ANAC, que es una tecnología nueva de aumentación GPS que apunta a reemplazar al ILS, con un prototipo en verificaciones operando en Bariloche.

Otros desarrollos en el que estamos trabajando es en radares pasivos, por ahora a nivel demostración y experimental, pero con mucho potencial. Digamos que se trata de aprovechar fuentes de oportunidad, FM, televisión digital, satélites geoestacionarios y otras fuentes conocidas, y a partir de mucho procesamiento de señal, determinar la posición de las cosas.

También apuntamos a los radares costeros OTH (Over the Horizon). Mayormente los que están orientados a entender el estado del mar y radares de olas y conocimiento hidrográfico, pero también vigilancia marítima, dado que hay técnicas para detectar embarcaciones que usan principios parecidos.

Esperamos una demanda a partir del énfasis creciente en la cuestión de la soberanía sobre el mar, de la ZEE, el relanzamiento de Pampa Azul, el SINVICEM. El mar es un tema de Defensa, de Seguridad, económico, científico, ambiental, social…tiene infinidad de facetas.

Programas como los que se necesitan en estos casos traccionan el desarrollo de la tecnología y a la vez le pueden dar factibilidad con sus objetivos: ¡con sólo pensar lo que pierde el país de pesca ilegal (entre 1500 y 3000 millones al año, según la fuente) se pueden financiar bastantes medios!

Como pasa en todo el mundo, el estado es el motor de desarrollo tecnológico soberano, y en particular de la Defensa, si no es muy difícil. Sobre ese impulso, se pueden y deben acoplar otros emprendimientos, pero sin eso no hay base suficiente para construir.

Sí, es el gran inversor.

Claro, por eso la aprobación del FONDEF es un paso que nos parece excelente, porque se orienta hacia el equipamiento y pone el centro en el desarrollo nacional, y si tienen que venir cosas de afuera, en la trasferencia. Genera soberanía.

En ese rol de inversor del Estado, lo que hay que ver es que destina recursos no “a cualquier cosa”, sino a cosas legítimas que necesita el país, que de otro modo tendría que comprar afuera, perdiendo divisas, no generando trabajo de alto valor agregado y con posterior potencial exportable. Y a valores superiores. Hay “detalles” que se olvidan, pero hasta que el Gobierno decidió encarar la radarización del país con un desarrollo nacional que nos tocó liderar, se había fracasado en varias licitaciones internacionales mega millonarias.

Y no quiero dejar de mencionar que esa inversión se vuelca sobre el país, sobre una cantidad de organizaciones; sobre las empresas del Ministerio de Defensa, sobre INVAP, sobre decenas o centenares de PYMES que producen y pueden producir más, sobre el sistema de CyT orientado a la Defensa, Universidades, etc. En Europa dicen que cada euro puesto en tecnología genera otros cinco...ponele la moneda que quieras, pero es así.

Todo esto está repetido hasta el cansancio, y es lo que hacen los países “centrales”, pero a veces parece que acá no se puede. ¿Quién dijo que no se puede? Y por supuesto es importante el volumen de inversión, pero a veces lo es tanto, o más, la continuidad de la misma. Cuando se corta, se retrocede. Se pierden personas calificadas, capacidades productivas, el conocimiento se degrada. Los casos de éxito (nosotros podemos hablar por experiencia propia de algunos en el campo nuclear, espacial, ahora en radares –Defensa, pero hay otros) se lograron con continuidad. Y también sobran ejemplos de lo que pasa cuando no es así. Por eso la previsión plurianual con reserva presupuestaria del FONDEF es un avance de calidad en política para la Defensa. Es esperanzador.

Y el mercado internacional ¿cómo lo ves para todos estos productos?

Lo vemos con mucha potencialidad en la región Sudamérica y Centroamérica, y también, debido a la tradición que tiene INVAP en países de África, fundamentalmente el Norte. A partir de hacer conocer nuestra oferta, por un lado, de productos y, por otro lado, de capacidades, empezamos a recibir muchas y buenas consultas. Somos conscientes de que son mercados difíciles porque no dependen sólo de la competencia técnica, sino que tiene que ser oferta a un país, tiene que tener respaldo financiero. Se compite con financiaciones a tasas subsidiadas, o negativas. Estamos en un aprendizaje y aceptamos el desafío, como lo hicimos en otros negocios, exitosamente.

Sí, es una cuestión de políticas también.

Claro, cuestiones geopolíticas, hay muchas variables, pero que de alguna manera se pueden sortear. De hecho, de no haber sido por la pandemia estaríamos ejecutando un par de acuerdos internacionales en este momento, hoy postergados.


Prototipo del RUAS Asteri, desarrollado junto a Cicaré y Marinelli.

¿Siguen adelante con esas propuestas?

Si, seguimos adelante. Tenemos demandas fundamentalmente de radares, que es lo más conocido. Podemos ofrecer soluciones y productos llave en mano si eso es lo que se busca, pero en muchos países están revisando la historia de comprar productos cerrados, de tener esclavitud logística y pagar cualquier cosa por ciclos de mantenimiento. Así es que nuestra propuesta, con el aval apropiado del Gobierno Argentino, cuando se trata de exportación de tecnología, incluye la coproducción y la transferencia de conocimiento y en buscar asociación más que clientelismo. Ese es un eje importante. Hay una ruptura del modelo tradicional de vender el producto cerrado sin que el cliente lo pueda tocar y pagar un costo de ciclo de vida en quince años, a lo mejor, dos o tres veces lo que se pagó inicialmente. El concepto del TCO, el costo total de propiedad a lo largo del ciclo de vida, tiene cada vez más valor, y la capacidad de producir cosas localmente es crecientemente apreciada por muchos países. Tarde o temprano, todos aprendemos a sacar las mismas cuentas.

A veces no hay transferencia de tecnología y a veces también las capacidades que venden no son las de estado de arte, sino las que el país “X” quiere vender. Todo esto está también en cuestionamiento.

Además, es un segmento donde tampoco hay tanta oferta en el mercado.

No…bueno…varía bastante según el tamaño, sistemas complejos no hay muchos, pero son mercados en los que, en casi todos los casos, tarde o temprano venden los Gobiernos a los Gobiernos. Y además es una industria, por muchas razones lógicas y otras no tanto, que tiene mucha inercia. El que se instala y es inteligente para gestionar, si no cambia mucho el mapa mundial o de la zona, tiene enorme ventaja para seguir el ciclo.

¿Cómo ves la oferta latinoamericana?

Buena parte de los países de Sudamérica tenemos capacidades productivas en Defensa o aplicables a ella. Cierto, son muy variables, y yo no me atrevería a hacer un diagnóstico país por país, o a lo sumo repetiría cosas que son bastante conocidas. Pero aun cuando no hay una industria muy desarrollada, sí opino que en conjunto, complementándonos, podemos sumar mucho –muchísimo- y consolidar un mercado. Sudamérica, Latinoamérica, siempre ha sido mayormente terreno de ventas de otros continentes. Yo creo que se puede hacer en la región la mayoría de lo que necesitamos y ser terreno de desarrollo y producción propia. Hay procesos donde las capacidades son de origen más autóctono (como el de Argentina), otros más de transferencia, pero eso es combinable. Y esto puede incluir a otras empresas de países más tradicionales en la materia, si la propuesta es de beneficio mutuo y no sólo que nosotros pongamos el mercado.

Naturalmente depende de varios factores, no sólo industriales o técnicos, pero veo posible multiplicar esto, como han sido posibles algunos programas bilaterales, en tecnologías sensibles, por ejemplo entre Brasil y Argentina.

¿Cómo ves la demanda en la región?

Dicho lo anterior, ahora te puedo intentar contar algo de lo que nos piden, o vemos necesario. Y aclarando que seguramente omito alguna cosa importante. Por hablar de un tema “core” nuestro, la vigilancia y control aeroespacial no está completa en la región, a pesar de que se han hecho algunos ciclos de inversión relativamente importantes hace años. En algunos casos requieren de modernización y en otros no están todos los espacios aéreos radarizados. Vigilancia terrestre y control de fronteras y litorales también requieren atención. El tema del mar…casi todos los países con litoral marítimo operamos con buques tipo OPV, y en muchos casos (no en Argentina, todavía, y ojalá que esto cambie), se fabrican en astilleros locales. Pero los sistemas de combate de esos buques, los sensores, actuadores, armamento, etc., no, vienen de afuera. ¡Y pueden valer lo mismo que el buque! Ahí también hay una demanda real.

La aviación con VANTs de cierto tamaño todavía está en etapa incipiente, tanto en ala fija como, y más aún, en ala rotativa. Y desde luego, salvo excepciones, tampoco diría que hay suficientes aeronaves militares tripuladas en la región.

Con la creciente problemática de los drones como amenaza, los sistemas antidrones también forman parte de la defensa antiaérea, están cada vez más en el foco. Y seguirán aumentando.

Un tema que merecería varias páginas es el de CyberDefensa. Es relativamente nuevo, hay pocos actores y se complejiza día a día.

Volviendo a radares, dada la creciente atención que demanda el ambiente y la gestión de emergencias, los meteorológicos y sistemas asociados también están entre las necesidades del momento, y a futuro.

Por último, pero no menor, crece la necesidad de misiones ISR desde el espacio, este tema fue abordado en otra nota reciente tuya con nosotros, pero refuerzo que el SAR, en banda X particularmente, puede ser el próximo diferenciador en las capacidades buscadas en la región, y para uso dual.

En todo caso, quisiera combinar tus dos últimas preguntas, y decir que lo que hemos desarrollado para nuestro país, lo que estamos desarrollando, lo ponemos a disposición de esa demanda, y de buscar seguir creciendo y generar propuestas asociativas que creen cosas nuevas en beneficio de todos los actores, allí donde hagan falta.

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Pucará Defensa

Análisis, opinión e información estratégica sobre Defensa y Seguridad en América Latina 

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