Por Santiago Rivas
Mientras la guerra hace una semana ha entrado en una nueva fase de menos movilidad, como se esperaba ya desde hace unos días y luego del duro revés sufrido por Rusia en Kharkov, mientras sus tropas ya prácticamente no pueden ganar terreno en casi ningún frente, Vladimir Putin ha ordenado una movilización parcial de Rusia, apuntando a convocar a reservistas. Esto se da a pesar de las promesas realizadas por Putin a su población de no ordenar una movilización, ya que oficialmente Rusia no está en guerra sino realizando una “operación especial”, que iba a durar menos de una semana y ya lleva casi siete meses.
Según indicó Serguéi Shoygu, a cargo de la invasión a Ucrania, esperan movilizar 300.000 personas, aunque en la orden emitida a todos los óblast de Rusia se indica que cada gobierno local definirá la cantidad a movilizar, por lo que el número podría ser mayor, aunque más bien dependerá de el éxito que tengan en la convocatoria, frente a una guerra que hasta ahora ha generado poco entusiasmo en el pueblo ruso.
Por otro lado, permiten que se sumen extranjeros, a los que luego de servir por un año se les daría la ciudadanía rusa (antes se les exigía servir por tres años).
Si bien esta movilización puede generar la idea de que Rusia podrá recuperar la iniciativa que ha perdido en manos de Ucrania, es preciso tener en cuenta dos puntos fundamentales: Por un lado, esta movilización no apunta a enviar al frente a soldados profesionales y bien entrenados, sino a reservistas, ya en muchos casos con mayor edad y mal estado físico. A esto se suma que Rusia hoy dispone de pocos oficiales y suboficiales experimentados con capacidad de dedicarse a entrenarlos, ya que la mayoría de ellos están ya combatiendo en Ucrania.
Según informó la agencia estatal rusa TASS, “Rusia llamará a reservistas, principalmente a aquellos que sirvieron en el ejército. Los ciudadanos movilizados recibirán la capacitación requerida y disfrutarán de las mismas garantías que se otorgan al personal contratado. El gobierno ruso y el Ministerio de Defensa equipararán a las formaciones de voluntarios de Donbass con los militares rusos en su estatus.
Las autoridades rusas también resolverán de inmediato todos los problemas relacionados con la provisión de las empresas de la industria de defensa con los suministros y recursos financieros necesarios”.
Hasta ahora, los intentos de reclutamiento de personal han tenido muy escasos resultados desde que comenzó la invasión a Ucrania y eso se ha reflejado en la imposibilidad rusa de aumentar la cantidad de tropas presentes en los territorios ocupados, que se ha mantenido en el orden de los 200.000 hombres desde hace varios meses, con lo cual se ve que las nuevas tropas, incluyendo el recientemente desplegado 3º Ejército, solo han ido a cubrir bajas (hoy se estima que entre muertos y heridos éstas superan ampliamente las 100.000).
En su discurso, Shoygu indicó que las tropas movilizadas combatirán dentro del territorio ruso, aunque los referéndums anunciados ayer para que los óblasts de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia se unan a la federación rusa, muestran que la intención es que puedan decir que los soldados desplegados en esa zona están efectivamente combatiendo en territorio ruso y no en Ucrania.
A la vez, la Duma (el congreso ruso) votó ayer una ley que dicta penas más duras para los soldados que deserten o se rindan, en un intento de evitar estas dos acciones, que se han venido incrementando en los últimos meses, a medida que la guerra se ha ido empantanando para los rusos. La desbandada de algunas unidades rusas ante la ofensiva de Kharkov, abandonando todo tipo de equipos y municiones en perfecto estado, dejó una idea clara del nivel de motivación de las tropas y la falta de liderazgo de los jefes. A la vez, a horas de la movilización anunciada, los pasajes aéreos desde Moscú a Armenia y Turquía, las dos rutas más usadas por los desertores, duplicaron sus precios ante la suba de la demanda.
La movilización y la anexión oficial de los óblast citados, además, implicará un enorme esfuerzo económico para una economía rusa que ya está golpeada, no solo porque habrá que sostener a esas tropas, sino que habrá que sostener también económicamente a las regiones ocupadas, mientras que se seguirán desviando más fondos para producir armamento y munición que permitan incrementar las acciones en el frente de batalla de modo de poder recuperar la iniciativa.
Mientras tanto, el llamado de China a un acuerdo de paz muestra que el aliado más fuerte con que Rusia esperaba contar ya empieza a soltarle la mano y a ubicarse en una posición neutral, a la vez de que nunca terminó de darle un apoyo concreto a Rusia, más allá de algunas declaraciones al comienzo de la guerra. Esta postura se ha visto también en gran parte de los países aliados de Rusia, que se han limitado solo a algunas declaraciones tibias, pero pocos, exceptuando Irán, han enviado material y ninguno hasta ahora ha enviado tropas.
Las nuevas medidas rusas, además, muestran un reconocimiento claro de que la guerra no va por el rumbo deseado y que una derrota es cada vez más posible, lo que poco a poco irá llevando a que sus aliados comiencen a abandonarlos, viendo que Rusia irá perdiendo relevancia en el escenario internacional.
Por otro lado, una movilización como la anunciada, en un escenario donde occidente es consciente de que Rusia ya ha perdido y que Ucrania está determinada a ganar la guerra, llevará a un mayor apoyo de occidente a Ucrania, cuyas fuerzas ya se vio en la última ofensiva que han asimilado eficientemente la doctrina de la OTAN y han logrado ya un buen nivel de entrenamiento para pelear una guerra moderna.
Es de esperarse que en pocos días más Ucrania intente retomar el impulso ganado en el norte y que posiblemente lance alguna ofensiva en otro frente, como podría ser en Zaporizhzhia. Mientras, mantiene un hostigamiento a los intentos rusos de abastecer a las tropas al oeste del Dniéper en Kherson, lo cual puede llevar a una retirada rusa hasta el margen oriental del río en un futuro cercano.
Comments