Ante el incidente desatado entre Argentina y Chile por los paneles solares en el Hito 1 en Tierra del Fuego, hablamos con Richard Kouyoumdjian, vicepresidente de Athenalab, para conocer una visión desde Chile sobre el problema y cómo este tema vuelve a traer a la superficie otras diferencias limítrofes entre ambos países.
Por Santiago Rivas
Hace pocos días, un conflicto diplomático se generó entre la Argentina y Chile por lo que parecía ser un error con poca relevancia, cuando obreros argentinos instalaron dentro de territorio de Chile un panel solar del Puesto de Vigilancia y Control de Tránsito Marítimo Hito 1 en Tierra del Fuego. A pesar de que la cancillería argentina rápidamente reconoció el error y planteó que retiraría el panel apenas las condiciones climáticas lo permitan, sorprendieron las declaraciones del presidente de Chile Gabriel Boric, al decir de manera terminante que si la Argentina no retiraba el panel a la brevedad lo retirarían ellos, a la vez de plantear erróneamente que se trataba de una base militar construida por la Argentina, cuando en realidad eran solo nuevas instalaciones de un puesto de control marítimo que existe desde hace más de 40 años. El nivel de las declaraciones sorprendió en la Argentina por el hecho de que solo se trataba de un panel solar del cual una parte estaba instalada 3 metros dentro de territorio de Chile, y cuya instalación había sido seguida, sin que se haga ningún planteo, por el personal chileno del puesto fronterizo que está del otro lado de la alambrada, ni se haya hecho ningún cuestionamiento cuando la Armada Argentina inauguró públicamente las nuevas construcciones en el mes de mayo.
El problema tuvo como origen un alambrado que hasta el Tratado de Paz y Amista de 1984 hacía de límite entre los dos países, pero que se mantuvo en el lugar a pesar de que dicho tratado, al trazar una línea recta entre el Hito 1 y el Cabo Punta Dúngenes, modificó el límite, quedando dentro de territorio chileno un triángulo de unos 200 m2 al este del alambrado. Al no haberse modificado el alambrado, quienes instalaron los paneles solares, por parte de la Fundación Mirgor que donó los mismos y las nuevas construcciones, tomaron a éste como el límite y uno de los paneles quedó 3 metros dentro del territorio chileno.
Para conocer mejor la visión desde el lado de Chile hablamos con Richard Kouyoumdjian, vicepresidente de Athenalab, quien destacó que internamente uno de los puntos centrales fue la crítica hacia el gobierno de Gabriel Boric por un mal manejo del tema y el hecho de que estaba de viaje en Europa cuando se planteó el incidente del panel solar, al mismo tiempo en que también ocurrían graves inundaciones en el país. “Yo también fui duro con el presidente en el sentido de decir ‘me encanta que el presidente viaje y que represente a Chile y tenga buenas relaciones diplomáticas con la mayor cantidad de países del mundo, pero de ahí a decir que el interés nacional de Chile está en Alemania, en Suecia, en Italia o en Francia, es un poco equivocado. El interés nacional chileno en relación exteriores está en Argentina, en Perú, en Bolivia, está en Estados Unidos, en el Asia Pacífico, el Indo Pacífico”, explicó Kouyoumdjian y destacó la última encuesta que realizó Athenalab sobre qué preocupa a los chilenos en cuestiones internacionales, donde se destacaron la inmigración ilegal y el crimen organizado, tema compartido con los argentinos. Así, subrayó la necesidad de ver el contexto del problema del Hito 1, “de una crítica muy fuerte al manejo de las Relaciones Exteriores de Chile por parte de Boric. También había algún problema con el embajador chileno en España en simultáneo, entonces todas estas cosas se suman y Boric toma una posición clara en la materia. Había una cacería de brujas en Chile, de que esta materia no había sido reportada y sí había sido reportada oportunamente, tanto por la Armada que está en el faro Cabo Espíritu Santo, como por Carabineros, que tiene el resguardo de la frontera terrestre. Y probablemente hubo poca diligencia y el tema también se enredó porque las declaraciones del canciller chileno no fueron muy afortunadas Y menos afortunadas tampoco fueron las declaraciones del embajador argentino de Santiago, dejando este tema como ‘arreglémoslo en el verano, cuando mejore el clima’. Si tú sumas todos estos factores, se arma un problema”.
Kouyoumdjian sin embargo, destacó que apenas pasó el entredicho del Hito 1, el gobierno de Chile acompañó la posición argentina sobre Malvinas en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas, donde la embajadora chilena se dio el voto de Chile a favor de la Argentina, como ha sido tradicional en los últimos años. “Es decir, estoy diciendo, por un lado, saca tus paneles fuera de territorio chileno. Te acompaño en tu reclamo sobre las Malvinas” agregó, aunque mostró su preocupación por que la cuestión siga escalando, cuando a partir del 19 de junio la Argentina comenzó a hacer valer en el paso fronterizo Cardenal Samoré, una vieja medida de restricción del tamaño de los camiones que circulan por las rutas argentinas, impidiendo el ingreso de cuatro camiones que viajaban desde la zona de Puerto Montt hacia Punta Arenas, los cuales obligatoriamente deben cruzar territorio argentino para unir por tierra ambas partes de Chile. La aplicación de esta restricción, que no se venía haciendo valer desde hacía muchos años, y que fue levantada temporariamente el 22 de junio, se consideró como una posible represalia por lo sucedido en el Hito 1. “Alguien se puso creativo en territorio argentino y comenzó a limitar el tránsito de camiones aplicando una norma administrativa antigua tanto en su largo como en su tonelaje a los camiones que circulan desde la altura de Puerto Montt y reingresan a Chile cerca de Punta Arenas y posteriormente salió otra persona en Chile diciendo, ‘si los argentinos se van a poner creativos, nosotros pongámonos creativos también por el tránsito de camiones que atraviesan el Estrecho de Magallanes para seguir camino a Río Grande y Ushuaia’. Entonces comienzan estas situaciones que hacen más compleja la relación y donde la tendencia natural de la gente parte con el ‘ojo por ojo, diente por diente’” destacó Kouyoumdjian.
Este punto, consideró, es una situación compleja debido a que ambos países tienen una economía donde compiten entre sí, especialmente en minería, agricultura y vitivinicultura, “lo cual no quiere decir que no tengamos carreteras que unan a los dos países, que los pasos fronterizos funcionen, que haya facilidades para tránsito aéreo, tránsito terrestre, tránsito marítimo, entre los países, porque tiene que ser así, la frontera es tan larga y si no es así es un problema, entonces mi postura al respecto de Argentina ha sido ‘tengamos las mejores relaciones posibles y seamos buenos vecinos ambos’. Siguiendo en esa línea, en Chile hay una centroderecha, incluso liberales, que se sienten muy identificados con Milei, pero yo siempre les digo ‘tranquilos con Milei, es presidente de Argentina y va a defender el interés nacional argentino. Que haga bien su trabajo y que el nuestro también haga bien su trabajo’. Y si ambos gobiernos hacen bien su trabajo, todo va a andar bien y no vas a tener problemas; problemas hay cuando hay cosas que se desatienden o no se hacen”.
En este sentido, Kouyoumdjian destacó la intención de la Argentina de recuperar su capacidad de defensa: “yo encuentro fantástico que el actual gobierno tenga entre sus prioridades reinvertir en sus Fuerzas Armadas, habían llegado a un estado calamitoso, era un descuido impresionante. A Chile no le conviene tener una Argentina muy débil, en condiciones de ser capturada por cualquier instancia de países o movimientos ideológicos. Porque además el mundo se puso más complejo y la Argentina necesita tener ciertas capacidades navales, aéreas y militares. Y los dos países enfrentamos fenómenos similares en términos de crimen organizado y narcotráfico, que afectan por igual a Perú, a Chile, a Bolivia y Argentina. Argentina y Chile tienen la suerte de tener probablemente su institucionalidad todavía más resistente, yo no veo muy positivamente la que tienen Perú y Bolivia, lo cual nos deja a nosotros en un riesgo como países porque no podemos asegurar que esos países vayan a operar igual que nosotros”.
Esta situación de seguridad obliga a ambas naciones a mantener una buena relación y Kouyoumdjian estima que, fuera de este incidente, Boric y Milei van a terminar respetándose. “La relación entre Chile y Argentina no puede ser muy distinta a la que tiene Estados Unidos con México, que también comparte fronteras muy extensas, o con Canadá. Al final del día son vecinos importantes y por eso siempre para mí la prioridad de Chile en relaciones internacionales, si tengo que considerar a tres países en la zona, diría primero Argentina, Perú y Bolivia, una segunda prioridad: Brasil y Colombia. Y Venezuela, que es un problema para ustedes y para nosotros, porque lo único que nos exportan son problemas y es tan irracional la conducta venezolana que es difícil manejarla. Los dos países, independientes de la oposición que Milei tenga en relaciones internacionales, somos muy alineados con Estados Unidos, somos parte de las Américas y somos parte del mundo occidental. También tenemos una parte importante de nuestra clientela en el Asia Pacífico o Indo Pacífico”.
Sin embargo, Kouyoumdjian relacionó el incidente actual con las diferencias que se han suscitado en los últimos años con respecto al reclamo de la Plataforma Continental Extendida hasta las 350 millas por parte de la Argentina y la Zona Económica Exclusiva de Chile al sur del Cabo de Hornos. El Tratado de Paz y Amistad de 1984 fijó el límite entre los dos países en su extremo sur en el llamado Punto F, cuyas coordenadas son 58°21',1 de latitud sur y 67°16',0 de longitud oeste, y estableció que “las zonas económicas exclusivas de la República Argentina y de la República de Chile se extenderán respectivamente al oriente y al occidente del límite así descrito” y que “Al sur del punto final del límite (punto F), la Zona Económica Exclusiva de la República de Chile se prolongará hasta la distancia permitida por el derecho internacional, al occidente del meridiano 67°16',0 de longitud oeste, deslindando al oriente con el alta mar”. En este sentido, cuando la Argentina hizo su reclamo sobre la Plataforma Continental hasta las 350 millas, Chile planteó que ese espacio era considerado “alta mar” en el tratado, por lo que reclamarlo como argentino violaría el mismo. Sin embargo, Chile luego presentó un mapa en donde reclamaba como parte de su plataforma continental un espacio al oriente del meridiano 67°16',0 de longitud oeste, también en contra de lo establecido por el tratado de 1984.
Kouyoumdjian planteó que Chile no ha sido lo suficientemente claro en su postura respecto de los límites con Argentina y todo lo que es el manejo de la zona austral y antártica, destacando que la zona antártica es compleja, donde los dos países son firmantes del Tratado Antártico desde su origen y donde se suma también Gran Bretaña con sus reclamaciones. “Ningún país tiene que establecer su Zona Económica Exclusiva ni su plataforma continental ‘de paquete’, la que viene por derecho natural, por tus proyecciones geográficas. Ahí viene esta proyección de la Argentina cuando declaran su plataforma continental extendida, que es una combinación entre lo que es la Argentina de hoy en día y los derechos que reclama en las islas y la Antártida. Donde se genera este ruido porque esta plataforma continental extendida pasa a generar una cuña al sur del Punto F, en un punto donde ambos países acordaron que no existen ni Pacífico ni Atlántico, es el Océano Austral, y se genera un ruido innecesario. Yo creo que fueron probablemente personas con una visión muy científica, que estaban buscando establecer exactamente dónde caían las cosas. Y gran parte del problema que tenemos con Argentina en tema de límites viene por una inacción o falta de claridad de la cancillería chilena en estas materias. Y viene posteriormente un segundo ruido que se produce cuando Chile simplemente dice, ‘señores, voy a actualizar mi mapa, no estoy generando nada nuevo, esto son las proyecciones que genera la plataforma continental chilena normal, no la extendida’. Chile ha planteado una posición bastante clara tanto respecto de la plataforma continental extendida Argentina como de la plataforma continental normal de Chile. Chile ya informó a Naciones Unidas sobre su plataforma continental extendida, que se genera desde la Antártida. Se ha ido actualizando y poniéndose al día en esas materias, en un trabajo que comenzó en el gobierno anterior bajo el liderazgo de la embajadora Jimena Fuentes, acompañada por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada y todas las otras instancias correspondientes comenzaron a trabajar esos temas tal como se está haciendo costa arriba hacia el Pacífico, la isla de Pascua, Sala y Gómez y las demás islas que Chile tiene en el Pacífico.
Argentina había planteado muy clara su posición y yo creo que, si los dos países tienen clara su posición, significa que se pueden sentar a mirar las cosas con claridad y poder tener un diálogo constructivo, porque ambas partes ya jugaron sus cartas y dijeron ‘esto es lo que yo creo que es mío’. Se suponía que todo había quedado zanjado en el Tratado de Paz y Amistad del año 1984” afirmó.
Refiriéndose a esto último Kouyoumdjian volvió sobre el incidente del Hito 1 y destacó que tanto en el Tratado de límites de 1881 como en el Tratado de Paz y Amistad de 1984 establecieron que el Estrecho de Magallanes es chileno y que su límite este es la línea que une Punta Dúngenes con Cabo Espíritu Santo. “Argentina es soberana de hacer lo que quiera en sus territorios, si quiere poner una estación naval al lado del Cabo Espíritu Santo, fantástico, aunque no pintó muy bien la declaración del comandante del Área Naval Austral diciendo que es una estación para el control del tráfico marítimo. Entonces uno dice ¿para el control del tráfico marítimo de qué?, ¿en el Atlántico Sur o en el Estrecho de Magallanes? Porque si es en el Estrecho de Magallanes están botando la plata porque es responsabilidad chilena. Y yo creo que esa posición quedó bastante clara y que el embajador argentino en Santiago y la canciller argentina han ido tomando nota de esta claridad con que ha ido saliendo la posición chilena. Ahí siempre resucitan viejos fantasmas de como el Almirante Storni buscaba tener un control compartido del Estrecho de Magallanes. Para Chile es un tema zanjado, la Patagonia oriental es de Argentina y Magallanes de Chile. Si no se tiene claro eso, nos vamos a enredar de nuevo en temas que no agregan valor, simplemente desgastan”. La citada tesis del Almirante Storni de 1916 planteaba que extremo norte de la boca del Estrecho estaba en Cabo Vírgenes, en territorio argentino, con lo cual quedaría una cuña entre dicho cabo, Punta Dúngenes y Cabo Espíritu Santo en que el estrecho sería argentino y, por ende, le daba al país derechos sobre el control de la navegación en el mismo. Esta tesis fue descartada por el tratado de 1984, que estableció a Punta Dúngenes como el límite oriental y no ha sido discutida por la Argentina desde entonces, aunque el decreto 457 del 14 de julio de 2021 donde la Argentina publica su Directiva de Política de Defensa Nacional, posee graves errores de redacción y conceptos, y establece erróneamente al Estrecho de Magallanes y el Mar de Hoces como espacios compartidos entre la Argentina y Chile. En este sentido, el embajador argentino en Chile, Jorge Faurie, reconoció el 24 de junio la necesidad de hacer un cambio en dicha directiva y que “el estrecho (de Magallanes) es algo valioso y está claro que es chileno”, y que “no es un territorio compartido”.
En este sentido, la preocupación desde Chile es que el puesto en el Hito 1 tenga como objetivo controlar la navegación por el Estrecho de Magallanes, planteando que hasta fines de los años 90 el puesto estaba más al sur (en el faro Magallanes, a 650 metros de la ubicación actual) y ahora está justo en la boca del estrecho, aunque este puesto tiene como objetivo el control de la navegación en el Océano Atlántico, destacándose que todos los buques que ingresan o salen del Estrecho de Magallanes por la boca Este deben transitar por aguas territoriales argentinas. Si bien el tratado de 1984 declara la libre navegación por el estrecho y sus accesos, ambos países tienen la responsabilidad de controlar y dar seguridad a las naves que transitan por sus respectivos espacios marítimos.
Por otro lado, Kouyoumdjian plantea la preocupación por la “fascinación de Milei por el general Roca o por Sarmiento o Alberdi, de volver a recrear una Argentina mucho más poderosa, más rica, más importante en el concierto internacional. La historia de los más de 200 años que tenemos de países limítrofes enseña que cuando Argentina brilla, muchas veces tiene de casero a Chile, entonces a los chilenos la historia los hace mirar esta situación, no con recelo, pero que hay que observarla. Yo creo que con mucho de lo que está haciendo Milei, tiene mucha gente que estarían felices de tenerlo de presidente en Chile, pero hay otro segmento de gente que dice ‘es el presidente de Argentina y ojalá que se dedique a arreglar la Argentina, pero que no sea a costa de Chile’” concluyó.