Por Lewis Mejía, Lima
Con más de 110 años de experiencia operativa, que incluyen la participación en cuatro conflictos, la Fuerza de Submarinos de la Armada Peruana atraviesa un momento clave de los últimos 30 años: la modernización integral de sus unidades U-209.
Lento pero seguro prosigue el desarrollo del plan de modernización de la Fuerza de Submarinos de la Marina de Guerra del Perú, cuya meta es poner al nivel de los desafíos del siglo XXI a cuatro de sus seis U-209 fabricados en el siglo pasado.
Estos buques fueron recibidos de Alemania como parte de un segundo lote, mandados a construir en los astilleros Howaldtswerke-Deutsche Werft (HDW) en Kiel entre finales de la década de 1970 y mediados de los años 80.
Eso fue después de que los más antiguos, los BAP Islay (SS-35) y BAP Arica (SS-36), cada uno de 1,100 toneladas de desplazamiento, recibidos de fábrica entre los años 1974 y 1975, demostraran sus excepcionales aptitudes para operar eficientemente en las frías aguas del Pacífico Sur.
Actualmente, el BAP Chipana (SS-34) encabeza la lista de los cuatro ejemplares del tonelaje 1,200, y ya en proceso de modernización es seguido por el BAP Antofagasta (SS-32), también en el astillero preparándose para su fase de corte de casco resistente.
Mientras tanto, los BAP Angamos (SS-31) y BAP Pisagua (SS-33) siguen operando con normalidad, entrenándose sus tripulaciones a un alto nivel de exigencia –como es su costumbre-, hasta que llegue el momento de pasar a su esperada actualización integral.
Inclusive, este último submarino participará, por tercera vez consecutiva, en los ejercicios anuales con la Armada de los Estados Unidos (US Navy), en el marco del SUBDIEX (Submarine Diesel Exercise) de finales de este año.
Se trata de uno de los entrenamientos de guerra en el mar más exigentes de esta parte del mundo, donde los marinos peruanos cumplen un importante papel desde el año 2002, actuando como verdaderos “sparring” de la flota americana del Atlántico, previo a su despliegue a zonas en conflicto.
Iniciativa DESI
Tal como en el 2020 y el 2021, este año 2022 al BAP Pisagua le tocará zarpar del Callao para sumarse al SUBDIEX, que es parte del Diesel Electric Submarine Iniciative (DESI), un instrumento hemisférico del que Perú es integrante.
Para ello deberá navegar sumergido hacia el norte peruano, hacer una escala técnica para abastecerse en el puerto de Talara, pasar frente a las costas del Ecuador hasta alcanzar el Canal de Panamá.
Una vez haya cruzado el istmo, y adentrándose en el Atlántico, los aviones Boeing P-8A Poseidon, del Patrol Squadron 30 (VP-30), procedentes del Naval Air Station Jacksonville, lo buscarán como perros de presa.
Es el preludio del gran juego que se le viene, donde deberá realizar diversas maniobras de aproximación, espera, ataque y evasión frente a uno de los poderosos Grupos de Batalla de la US Navy, simulando ser un Kilo de origen ruso.
Integrado por portaaviones, cruceros, aeronaves de ala fija y rotatoria, así como de submarinos nucleares y los sistemas de escucha electrónicos más modernos del planeta, esta flota se alista para su despliegue a otras partes del mundo.
Específicamente a aquellos mares donde operan submarinos convencionales diésel eléctricos de banderas hostiles a la que es la primera potencia militar, política y económica del mundo.
El año pasado, el BAP Pisagua se enfrentó con éxito al Grupo de Batalla del USS Dwight D. Eisenhower (CVN-69), procedente de la base naval Norfolk (Virginia), con sus respectivas alas aéreas, unidades de superficie y un submarino atómico de escolta.
El Dwight D. Eisenhower, de propulsión nuclear de clase Nimitz, buque insignia del Grupo de Ataque de Portaaviones 10, lideró un componente naval de tres destructores de la clase Arleigh Burke, un crucero de la clase Ticonderoga y un ala aérea embarcada con ocho escuadrones, es decir unos 70 aviones.
Por su preparación, resulta lógico que Washington haya escogido a los peruanos para estas labores que se desarrollan en un promedio de 135 días… ¡Más de cuatro meses de acciones de guerra aeronaval, antisubmarina y antisuperficie!
Así se explica la asignación de un presupuesto para que asistan, sí o sí, a estos compromisos, como lo reseña un documento oficial de la naval rojiblanca de mayo pasado, donde se acepta formalmente la “donación” de un millón 306 mil dólares para gastos, de parte del gobierno de Joe Biden.
Elite en Latinoamérica
Este país sudamericano, cuya costa registra una extensión de 3,080 kilómetros y un ancho de 200 millas náuticas, mantiene una especial preocupación por alcanzar un buen estado de alistamiento de sus unidades navales, con especial énfasis en los submarinos.
Desde que en 1911 llegaron los primeros ejemplares del tipo Labeuf desde Francia –dando a luz a la Fuerza-, pasando por los tipos “R”, los “S” o “Sierra” y los “Guppy”, todos hechos en EE.UU., a la actualidad con los U-209 alemanes, los submarinistas del Perú han cultivado ese espíritu de equipo élite que siempre les distingue en la región.
Bien se sabe que un submarino activo y armado, dotado de gente bien preparada y altamente motivada, es un factor disuasivo de primer nivel en el esquema de la defensa nacional, y, sobre todo, un generador de serios problemas para el potencial enemigo.
Los Oficiales y Suboficiales que egresan de la Escuela de Submarinos en la Base Naval del Callao, tras dos años de especialización, también lo tienen claro y se sienten muy a gusto siendo parte de las misiones de alrededor de 45 días sumergidos.
A tal punto llega esta capacidad, que varias tripulaciones de los países vecinos, como Argentina, Colombia y Venezuela, se han forjado profesionalmente en la Comandancia de la Fuerza de Submarinos del Perú.
Un ejemplo reciente es el que se vivió el año pasado, cuando tres oficiales y trece suboficiales de la Armada Argentina (ARA) fueron invitados a realizar su entrenamiento teórico y práctico en las aulas y simuladores de la institución, así como a bordo de los BAP Islay, BAP Pisagua y BAP Arica.
La academia no queda allí para los submarinistas “cholos”; el posgrado en la especialidad de lucha antisuperficie y antisubmarina llega con la carta de aceptación para seguir el curso para comandantes en el International Submarine Training Center, en Eckernförde (Mar Báltico), Alemania Federal, junto a colegas de Europa y Asia.
“Debido a su entorno tridimensional natural, los submarinos son los sistemas de armas más complejos de la Armada. Por eso, el centro de entrenamiento de submarinos (AZU) del 1er. Escuadrón de Submarinos entrena cuidadosamente a todas las tripulaciones de submarinos en tierra”, se indica en la web oficial de esa casa de estudios.
Modernización en marcha
En el complejo de astilleros del Servicio Industrial de la Marina (SIMA Perú), ubicado dentro de la Base Naval del puerto del Callao (Lima), son dos las unidades submarinas que afrontan el reto de su modernización.
La primera, el BAP Chipana, un buque que se incorporó a la Armada Peruana en octubre de 1982, y que acaba de culminar el delicado proceso de cierre de su casco, el cual fue cortado en dos partes con tecnología de punta.
Los trabajos se enfocaron en la aproximación de las dos secciones cortadas, el alineamiento y la unión mediante soldadura especial y controlada del casco resistente, además de las pruebas visuales de partículas magnéticas y placas radiográficas al 100% de la unión soldada.
Esta operación de alta cirugía, pocas veces vista en América Latina, permitió la extracción y el reemplazo de diversos componentes principales, empezando por sus cuatro motores diésel, y sus correspondientes generadores eléctricos.
Estos nuevos sistemas fueron construidos por la Rolls Royce – MTU, y son del modelo 12V493 AZ80 GA31L, de 2.400 CV, que se han fabricado respetando el diseño y medidas originales, para evitar la necesidad de hacer modificaciones estructurales en los sistemas de admisión de aire y escape de gases, y cambios en las conexiones de combustible y lubricante.
Recordemos que los trabajos de este programa se iniciaron en el mes de diciembre de 2017, en el marco del Proyecto de Recuperación de Capacidad Submarina Peruana, y a la fecha siguen avanzando con la asistencia técnica del astillero alemán ThyssenKrupp Marine Systems GmbH (TKMS).
Estos incluyen, además del reemplazo de la planta motriz, la instalación de una escotilla para poder acoplar un pequeño submarino de rescate tipo DSRV y evacuar a la tripulación ante una emergencia.
Otra novedad cuyos detalles son reservados es la incorporación del Sistema Integrado de Combate “Kallpa,” desarrollado localmente por ingenieros del SIMA a través de su área de Sistemas de Armas y Electrónica (SAE), que en síntesis permite fusionar los datos captados por el nuevo sonar y demás sensores, optimizando el proceso de disparo.
Se suma la incorporación de sonares de flanco del tipo Expanded Frank Array (EFAS), de la empresa Atlas Elektronik y ESM/ELINT Timnex II, que incrementan las capacidades de detección y escucha.
A esto se enlaza la innovadora capacidad para lanzar misiles MBDA SM39 Exocet antibuques, algo que por ahora resulta imposible con las unidades aún por modernizar, pero que otras marinas de la región ya la tienen.
Y se adiciona el cambio del periscopio, del Stab original por el moderno SERO 250 S, de Hensoldt Optronics, dispositivo de alto rendimiento que ofrece tres niveles de amplificación de la imagen, cámara de televisión de alta definición, cámara de TV de bajo nivel de luz (LLTV) para ver objetos de luminosidad reducida, y telémetro láser, entre otras aptitudes.
Entrega confirmada
Es verdad que diversos factores, principalmente de orden económico y hasta político, han ralentizado el desarrollo de este programa y alargado los plazos, despertando no poca preocupación en los interesados.
Sin embargo, el gobierno del presidente Pedro Castillo Terrones ha confirmado recientemente que este primer submarino de ataque totalmente modernizado será entregado al servicio en este mismo año 2022.
De esta forma, la unidad quedará lista para asumir sus funciones operacionales a plenitud, con un renovado horizonte de vida de por lo menos 15 años más, fortaleciendo su abanico de misiones, que no solo incluyen la guerra bajo el mar.
Hablamos de la protección del espacio marítimo frente a la pesca industrial ilegal, el narcotráfico transnacional y la contaminación del océano, así como la protección del medio ambiente acuático en uno de los mares más ricos del mundo.
Cabe esperar que los otros tres U-209/1200 sigan la misma estela de acuerdo al cronograma establecido, mientras que los más veteranos tipo 1100 se mantendrán hasta que llegue el momento de su pase al retiro, calculado en el año 2025.