Por: Santiago Rivas
Sesenta unidades blindadas de exploración Panhard AML H 90 B1, fueron adquiridas por el Ejército Argentino (EA) en 1977, llegando al país las primeras unidades a principios del año siguiente. Fabricadas por la empresa francesa Panhard poseen como característica principal su fácil maniobrabilidad, su relativo poco peso (5,5 toneladas) y su gran autonomía (600 km), pudiendo alcanzar los 100 km/h, con una dotación de tres hombres. Se encuentran armados con un cañón de 90 mm y 2 ametralladoras AA-52 de 7,62 mm, modelo de arma que en el EA solo es utilizada en los H-90.
La compra fue realizada de manera apresurada ante la inminencia de un conflicto armado con Chile, en diciembre de 1978, por el diferendo limítrofe en la zona del Canal Beagle, en el extremo sur argentino, y, finalmente, la oportuna intervención del Papa a través de su enviado, evitó la guerra. De este modo los H-90 se salvaron del bautismo de fuego, que inevitablemente les llegaría cuatro años más tarde, con la guerra por las Islas Malvinas, donde les tocó pelear contra uno de los ejércitos más poderosos del mundo y con una experiencia de, cómo mínimo, un conflicto armado en cada década durante el siglo XX.
Los Panhard en combate
Después de la reconquista de las Islas Malvinas, por parte de las Fuerzas Armadas Argentinas, muchas fueron las unidades que, pese a no recibir ningún aviso, comenzaron a prepararse para lo que sería la primera guerra contra un país extracontinental en más de cien años.
El 2 de abril de 1982, en todas las secciones del Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 181 (Dest Exp C BL 181), ubicado en Esquel, provincia del Chubut, se escuchaban con algarabía las palabras del teniente coronel Jorge Raúl Spinetta, jefe de la guarnición, quien comunicaba la exitosa recuperación por parte de las tropas del Ejército y la Armada del territorio usurpado por los ingleses en 1833. Asimismo, alistó a la unidad para efectuar la seguridad estratégica operacional de Puerto Argentino.
Las secciones Panhard pertenecientes a los escuadrones de exploración A y B, del Dest Exp C BL 181, conforme a las órdenes recibidas, fueron segregadas de estas subunidades para conformar el elemento reserva del Destacamento. La misión era constituirse en una subunidad disminuida, con dos secciones de nueve Vehículos de Combate de Exploración (VC Exp.) en total y un grupo para abastecimiento de racionamiento, combustible y de municiones.
Durante los dos días subsiguientes los blindados fueron trasladados a los campos de instrucción con el fin de realizar ejercicios con el arma principal, el cañón de 90 mm y las ametralladoras, a fin de comprobar el funcionamiento de los mecanismos y sistemas de los Vehículos de Combate (VC).
Transportados en aviones C-130 Hercules de la Fuerza Aérea Argentina a dos vehículos por vuelo, el arribo de los primeros a las islas se produjo durante los días 9 y 10 de abril. Al cabo de estos dos días, las secciones que acababan de llegar quedaron conformadas por ocho vehículos, ya que el noveno quedó fuera de servicio en cercanías de Comodoro Rivadavia, además del Grupo de Mantenimiento, sin el vehículo orgánico. El total de personal del Dest Expl C BL 181 en Puerto Argentino fue de 28 hombres. Las dos secciones, a cuatro VC AML 90cada una, quedaron a órdenes del Comando de la Brigada de Infantería Motorizada IX. Posteriormente llegaron por vía marítima dos Panhard adicionales pertenecientes al Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 9 con seis tripulantes y se acoplaron a las filas de una sección al mando del entonces subteniente Gustavo Adolfo Tamaño. También llegaron 216 efectivos pertenecientes al Esc Exp. C BL 10 con solo dos unidades de VC orgánicos conformando de este modo el “Escuadrón Panhard” y el resto de los hombres en disposición para combatir como infantería, totalizando de este modo doce H-90 y 250 hombres de caballería en las islas.
La orden de operaciones Nro. 01/82 (Defensa) del 07 de abril de 1982 elaborada en Moody Brook, en su faceta de ejecución, detalla las acciones de maniobras descriptas en el párrafo 3 -Informe Oficial “Conflicto de Malvinas” Tomo I y II- “Simultáneamente se mantendrá una Compañía de Infantería como reserva para ser empleada en apoyo a los puntos fuertes de ambas islas y un escuadrón blindado (Panhard) para ser empleado en apoyo de Puerto Stanley (luego Puerto Argentino) y alrededores”.Según esta orden, firmada por el General de Brigada Américo Daher, comandante del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, el Escuadrón Panhard de reserva sería empleado a orden con la siguiente prioridad: con el Regimiento de Infantería 25 y con el Batallón de Infantería de Marina Nº 5. Otro empleo fue destacar dos grupos de dos vehículos cada uno, uno destinado a reforzar al RI Mec 6 y el segundo al RI Mec 3.
En la guerra
Con el comienzo de los combates, el 1º de mayo, un avión Harrier británico, sobrevoló la bahía de Puerto Argentino hacia el sector de reunión de los VC Panhard, quienes procedieron a abrir fuego con sus ametralladoras antiaéreas de 12,70mm ubicadas en las torres de los vehículos.
Pese a ser un elemento muy dúctil, no pudieron superar el obstáculo que representaba la turba malvinense, blanda y barrosa, que no permitía la circulación de los vehículos fuera de los escasos caminos de ripio que rodeaban las afueras de Puerto Argentino, restringiendo sus movimientos e imposibilitando las tareas de exploración, a diferencia de los tanques ligeros FV 101 Scorpion británicos que contaban con orugas para disminuir su presión sobre el suelo y poder desplazarse más fácilmente. Intentar desplazarse fuera de los caminos solo creaba dificultades, enterrándose hasta la mitad de las ruedas. En una oportunidad se tuvo que recurrir al auxilio de un helicóptero Chinook para poder desempantanar a un VC. El hecho de no poder movilizarse fuera de la ciudad los convertía en simples piezas de artillería autopropulsadas, sin poder cumplir su rol principal, que es la exploración. Producto del riguroso clima húmedo y frío, fueron innumerables los problemas técnicos que el personal de mantenimiento tuvo que afrontar, quienes sin embargo los mantuvieron operativos durante todo el conflicto.
Al poco tiempo que duraba la luz diurna, en esas latitudes y la falta de visores nocturnos en los VC, se sumaba el hecho de que los ingleses, al darse cuenta de la casi incapacidad de combate nocturno del EA, comenzaron a atacar siempre de noche, lo que restó aún más las capacidades combativas de los H-90. Debido a todo lo dicho, su actividad en el teatro de operaciones fue bastante restringida.
Hasta el 11 de junio, la orden que tenían las secciones era de permanecer enmascarados durante el día en la pendiente rocosa de Sapper Hill y durante la noche se refugiaban tras las rocas, lugar que por su geografía impedía al fuego naval de apoyo y a la artillería de campaña británica, hacer blanco en los blindados.
Entre el 11 y el 14 de junio, los blindados Panhard hicieron diversas acciones de fuego sobre las filas enemigas. Las fuerzas británicas habían iniciado el asalto final para conquistar Puerto Argentino y las zonas aledañas, al tiempo que el Des Expl. C BL 181 apoyó con fuego constante el repliegue del BIM 5 (Batallón de Infantería de Marina Nº5) en las alturas de Sapper Hill, previo al cese de fuego acordado. El 12 por la tarde, cinco vehículos Panhard abrieron fuego sobre un sector de Monte Longdon, donde el Regimiento de Infantería Mecanizado 7 combatía encarnizadamente con efectivos del 3 PARA inglés, quienes los atacaban desde las alturas rodeándolos hasta reducirlos por completo. Los H-90 funcionaron haciendo fuego de artillería, apoyando el combate, siendo infatigablemente bombardeados por tres fragatas de la armada enemiga que realizaban fuego de perturbación. En uno de esos ataques, resultaron heridos varios integrantes de la subunidad y dos VC recibieron algunos daños menores, que no los dejaron definitivamente fuera de servicio.
Con el enemigo en las puertas de la ciudad, el Dest de Exploración 181 no actuó como un elemento de caballería, ya que utilizó sus blindados como si fuesen una batería de artillería de campaña, sufriendo el fuego de contrabatería de las piezas británicas, además de los ataques de la aviación enemiga, que en todo momento dispuso de un casi absoluto dominio del espacio aéreo. Los vehículos de combate no contaban con sistema alguno de tiro indirecto
La Guerra de Malvinas ha suscitado un grave conflicto de intereses por parte de algunas partes actuantes en el marco de las fuerzas argentinas. Como es bien sabido, las Fuerzas Armadas actuaron como pudieron, con los recursos que disponían y han hecho esfuerzos particulares de resultados sorprendentes, sin librar una guerra estratégicamente planificada. Hubo incluso algunos que dijeron que los Panhard nunca abrieron fuego durante su “estadía” en Puerto Argentino, aunque los jefes de secciones, subtenientes Tamaño y Chércoles, en sus informes, aseguran haber efectuado entre 60 y 70 disparos, cada una de las secciones. Lo cierto es que seis hombres murieron y 70 resultaron heridos por las esquirlas de la artillería enemiga, todos pertenecientes al arma de Caballería. Por último, al llegar el cese de fuego, los vehículos fueron inutilizados parcialmente por sus tripulaciones, quitándole los cierres de los cañones y enterrándolos, evitando de este modo su utilización o venta por parte de los ingleses. Tras el retiro de los efectivos argentinos de las islas, ninguno de los VC regresó al continente, sin reponerse el material perdido.
En la actualidad
Los Panhard también intervinieron en los combates por la recuperación del RIMec 3 asentado en esos tiempos en La Tablada, provincia de Buenos Aires, en una tentativa de ocupación por parte de elementos subversivos pertenecientes a la organización terrorista de izquierda MTP (Movimiento Todos por la Patria), el 23 de enero de 1989.
De los 48 vehículos remanentes, una parte encuentra actualmente en servicio. El Ejercito Argentino (EA) realizó un programa de repotenciación y modernización del parque de vehículos que comenzó en 1998. Las primeras cinco unidades modernizadas por este programa se entregaron al Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 1 con sede en Arana, provincia de Buenos Aires, y el resto en los diferentes Regimientos de Caballería Ligera y en algunos Regimientos de Infantería de Monte, tal el caso del RIMte 30 de la provincia de Misiones.
El autor agradece el asesoramiento del coronel VGM Gustavo Adolfo Tamaño.