Por Ignacio Montes de Oca
Imágenes de @RadarAustral_
Evo Morales inició una rebelión armada contra el gobierno. Fuerzas paramilitares que le responden coparon tres cuarteles en la zona de Cochabamba y mantienen como rehenes a un centenar de militares junto a sus familias.vLos paramilitares están vinculados con el cultivo de coca y la producción de drogas. Morales surgió del movimiento cocalero de esa región y actualmente está prófugo tras dictarse una orden de detención en su contra por liderar una red de pedofilia y trata de personas. El mando miliar ordenó que las tropas de la región se acuartelen ante el riesgo de nuevos copamientos. Días antes los partidarios de Morales tomaron un aeropuerto de la zona y bloquearon las rutas de ingreso a Cochabamba.
En el cuartel Cacique Juan Maraza, en Ichoa, los paramilitares se apoderaron del arsenal militar. No hubo orden de resistir la toma y los asaltantes, que llegaron equipados con armas precarias, ahora tienen un poder de fuego más importante. Horas antes, Evo Morales publicó una carta en la que le advertía al presidente Arce que no reprimiera a sus partidarios. El gobierno desalojó los piquetes de los cocaleros en las rutas y los incidentes, en los que hubo al menos 70 heridos, condujeron a la toma de los cuarteles.
La rebelión se da en un contexto de crisis económica grave con la inflación más alta en una década, el agotamiento de los recursos gasíferos y un faltante de alimentos en varias de las mayores ciudades producto de los cortes de rutas organizados por Morales y sus seguidores.
Morales denunció que Arce intentó asesinarlo. El auto que llevaba al dirigente cocalero recibió varios disparos cuando circulaba el pasado domingo en una ruta de la región del Chapare. El gobierno afirma que fue una farsa montada por Morales. Para evitar su detención y quedar bajo el control de Arce, Morales buscó refugio en la zona cocalera y la protección de los paramilitares que dominan las zonas en donde se producen unas 300 toneladas anuales de cocaína. Ese monto creció desde que Morales llegó al poder.
La toma de los cuarteles implica disputarle el control de la zona cocalera al gobierno central y el asalto a los arsenales que Morales tendrá más armas para plantearle un desafío directo a Arce. Ambos se disputan algo más que el control del partido MAS. La crisis derrapó.
El elemento final son las elecciones de agosto de 2025. Si Evo cae preso no podrá ser parte y será el ocaso de su carrera. Si Arce lo quita del medio podrá dominar el oficialismo y manejar el partido.
Armas, coca, cuarteles tomados y crisis económica, un cóctel enervante. Arce sabe que no pude aspirar a la reelección si no desplaza a los partidarios de Morales del MAS, que en agosto le negó esa posibilidad. Y tampoco puede buscar alianzas con otros partidos. Durante su mandato se dedicó a encarcelar a sus líderes como Camacho, Añez y Pumari. Morales sabe que solo podrá evitar su detención si se refugia en el bastión cocalero. Allí están los recursos para financiar su resistencia. Ahora, además tiene mejores armas y partidarios envalentonados.
Los dos están jugados y todo en medio de una crisis social y económica feroz. Eso es todo lo que se puede reportar de apuro y con los elementos que hay a mano. Veremos que sucede en las próximas horas. Arce y Morales no pueden convivir, uno de los dos va a tener que correrse.
Casi se me pasa por alto. Están Arce, Morales y un tercer lado. Los militares y el control del negocio de la salida de la droga. Son 300 toneladas al año Se compra muchísima ideología con tantas ganancias.
Dato: puede que no solo haya paramilitares. Se sospecha que hay jefes de unidades militares afines a Evo Morales que podrían estar colaborando con la rebelión. De confirmarse se elevaría un poco más el nivel de gravedad institucional de la situación
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