John Nichol combatió en la Guerra del Golfo, en la que fue derribado volando Tornado y fue capturado por los iraquíes. Hablamos con él sobre su historia, la de los Tornado de la RAF en la guerra, y los libros que escribió contándola, especialmente su última producción: Tornado – In the eye of the storm.
Por Santiago Rivas
John Nichol fue navegante de PANAVIA Tornado IDS en la Guerra del Golfo de 1991 en el 27th Squadron de la Royal Air Force y tomó notoriedad cuando fue derribado en el segundo día de la guerra y, tras ser capturado, fue forzado por los iraquíes, junto a otros tripulantes capturados, a aparecer ante las cámaras recitando un discurso en contra de la guerra, lo que lo llevó a que su imagen, donde eran evidentes las torturas sufridas, diera la vuelta al mundo. En esos días como prisionero, fue torturado por los iraquíes, al igual que todos los demás tripulantes capturados, aunque les sorprendía el tipo de preguntas que les hacían, que no apuntaban a ninguna información sensible o secreta, sino que pedían datos básicos de los aviones o los escuadrones, que podían conseguirse en cualquier publicación especializada.
Retirado de la RAF, desde hace ya muchos años inició su carrera de escritor, historiador, periodista y presentador de televisión, habiendo publicado ya 17 libros. De ellos, dos hacen referencia a su historia en el Tornado: el primero de ellos, Tornado Down, junto a quien fuera su piloto en la guerra, John Peters, donde ambos cuentan sus historias personales, y el más reciente, Tornado – In the eye of the storm, que explora toda la operación de los Tornado IDS de la RAF en el conflicto, así como revive la historia de los que fueron derribados y capturados, en un texto apasionante y muy bien escrito, donde el lector se sumerge en cómo fueron esos días de guerra para las tripulaciones de Tornado, los cambios que debieron realizar para mejorar la eficiencia de sus misiones y la durísima experiencia que debieron vivir aquellos que, como John, fueron derribados y capturados.
En este segundo libro, editado en 2021, además hace foco en cómo este conflicto fue el primero en que se trató el estrés postraumático de manera profesional, gracias al trabajo del Wing Commander Gordon Tornbull, psiquiatra, que había adquirido experiencia en la tragedia de Lockerbie en diciembre de 1988. Tornbull comenzó a trabajar con un piloto que, en pleno despliegue, se quebró psicológicamente y debió ser enviado de regreso al Reino Unido, siendo inicialmente diagnosticado por otros médicos con un cuadro de melancolía aguda e histeria, aunque se trataba de un ataque de pánico causado por el estrés.
Entrevistamos a John, que ahora está trabajando en su próximo libro, donde incluirá algunos aspectos de la Guerra de Malvinas, para hablar sobre su historia, sus libros y lo que les dejó la Guerra del Golfo.
John entró en la RAF en 1981, luego de dejar la escuela a los 16 años. “Era un momento muy diferente, por supuesto, era el apogeo de la guerra fría. Entonces, me uní a la fuerza aérea como técnico en electrónica. Mi primer deber fue en el verano de 1982 y fue con Malvinas. Después de que el conflicto acababa de terminar, estuve en un buque de reabastecimiento de combustible de la fuerza de tareas y estuve allí durante 3 meses. Y luego pasé otros 4 años como técnico en electrónica” cuenta John sobre sus primeros tiempos en la fuerza, en los que aún estaba lejos de los aviones. Así, en 1986 solicitó una comisión, que le fue aceptada, y se convirtió en oficial. “Quería volar. No tenía todas las calificaciones para ser piloto, así que fui seleccionado para ser navegante. Comencé mi entrenamiento a principios de 1987 y llegué a la primera línea como navegante de Tornado en Alemania en 1989. Y fue entonces cuando la guerra fría estaba terminando. Y todo el mundo se preguntaba, ¿habrá necesidad de los militares? Y, por supuesto, Irak invadió Kuwait en 1990 y nuestras Fuerzas Armadas han estado en conflicto desde entonces” cuenta.
John ya estaba en el 27th Squadron cuando comienza la guerra y fueron desplegados a Muharraq en Bahrein, desde donde lanzarían ataques contra las pistas de las bases en el sudeste de Irak. A pesar de estar desplegados para una guerra, el lujo de Bahrein no les estuvo ajeno, ya que se alojaban en el Hotel Sheraton, lo cual les generaba un gran contraste entre la vida en los tiempos libres y aquella en servicio.
“El papel del Tornado era principalmente ataque a baja altura. Entonces, con luz diurna, vuelo a baja altura, estarías volando, en combate, tal vez a 10 metros sobre el suelo y tal vez a 1000 km por hora. Por la noche era muy diferente, porque el Tornado podía volar solo con su radar de seguimiento del terreno. Por lo tanto, podría volar a 200 pies, unos 70 metros sobre el suelo. Y el piloto se sentaba con la mano completamente fuera de los controles, en la oscuridad, sin luces, con otros 8 Tornados dirigiéndose a atacar el objetivo. Y eso requería una gran cantidad de monitoreo y coordinación. Y ese era un gran trabajo para el tripulante en el asiento trasero también. Durante el día estaba gestionando los sistemas de armas, comunicaciones, defensas, manteniendo la navegación actualizada y por la noche se trataba de hacer todas esas cosas y monitorear los sistemas de la aeronave también”, explica.
En la guerra fría, el Tornado había sido concebido con dos roles, que eran, en caso de un ataque de la Unión Soviética, en los primeros días contener a los soviéticos hasta que los estadounidenses pudieran traer fuerzas a Europa, destruyendo aeródromos soviéticos usando el contenedor JP233, “que era un arma increíble que llevaba 64 dispositivos para hacer cráteres de pista, las bombas salían del fondo del contenedor, atravesaban la pista, explotaban y levantaban la pista, por lo que era casi imposible de reparar, y dispensaba además cientos de minas, antipersonales, antivehículos. Así que pondrías, tal vez de 10 a 16 Tornados sobre el aeródromo soviético y tratarías de destruir el aeródromo durante 24 horas, para contener el avance y luego, si todo lo anterior fallaba, el otro papel principal de los Tornados era un ataque nuclear. Por lo tanto, harían un ataque nuclear limitado, si hubiera cientos o miles de tropas reunidas en un solo lugar, podría atacar a aquellas con armas nucleares o atacar algunos de los grandes complejos militares. Y si todo eso fallaba, el papel de los Tornados era hacer ataques nucleares masivos” explica John, y cuenta que esas misiones se practicaban permanentemente, tanto en simuladores como contra los propios aeródromos.
Además, las operaciones se realizaban siempre a baja altura, ya que el vuelo bajo era la mejor defensa contra los sistemas de defensa aérea soviéticos de fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, cuando el Tornado fue diseñado. “Volando a 30 o 40 pies durante el día, de 500 a 600 nudos o de noche con mal tiempo, entrarías y saldrías en cuestión de segundos. Por lo tanto, casi no hacíamos entrenamiento en nada más que un ataque a bajo nivel. Durante el día ningún sistema iba a volar el avión a 20 pies, eso era pura habilidad de piloto. Mirando hacia el frente, concentrándose puramente en hacia dónde va, evitando las antenas de televisión, las lomas, los árboles, las líneas eléctricas. Eso es todo visual. Y por la noche, obviamente, el sistema lo hacía por sí mismo”.
Pucará Defensa: ¿Cómo fue la preparación para la Guerra del Golfo?
John Nichol: La mayor parte fue muy similar a lo que habíamos hecho, porque el sistema militar iraquí fue diseñado por los soviéticos. Entonces, sus defensas aéreas eran soviéticas, sus aeródromos eran soviéticos, su equipo era soviético. Por lo tanto, todo lo que estábamos tratando de hacer seguía siendo como lo habíamos hecho en Europa. Y era más fácil porque allí no había lomas, ni bosques, ni valles, por lo que el entrenamiento consistía en pulir nuestras habilidades a un nivel ultra bajo día y noche.
PD: ¿El desierto plano no facilitaba que las defensas aéreas te detectaran?
JN: Sí, algunos de los mejores sistemas, como el Roland o el SA-8 podían detectarnos a bajo nivel, pero no tenían muchos de esos. Y muchos de ellos, teníamos una potencia de fuego masiva, los estadounidenses realizaron enormes cantidades de salidas de SEAD (Supression of Enemy Air Defences, Supresión de las Defensas Aéreas Enemigas). Cantidades masivas. Y especialmente sus sistemas de misiles antirradar, había grandes cantidades de esos. Estábamos más preocupados por los cazas iraquíes. Estábamos realmente preocupados por su MiG-29. Pensamos que las defensas iban a estar limitadas por lo que los estadounidenses les harían y nuestra capacidad para volar a bajo nivel por la noche, ese era nuestro objetivo principal. No creo que nadie hubiera estado una guerra de esa manera. Sí, habían existido Malvinas y Vietnam, pero eran muy diferentes. Esto, a lo que nos dirigíamos, nunca se había imaginado en otro teatro de operaciones que el europeo.
PD: Y el comienzo fue complicado...
JN: Los Tornado fueron derribados, pero creo que no estoy seguro de que imagináramos que perderíamos muchos aviones. En el primer ataque enviamos 36 Tornado, algo así, y todos regresaron. A todos les dispararon. Y lo más importante es que teníamos contramedidas electrónicas para poder interferir algunos de los radares, teníamos bengalas que servían de señuelo a los misiles infrarrojos, teníamos medidas defensivas, y los estadounidenses estaban golpeando sus sistemas de radares. Lo que nadie podría entender es cómo sería volar a un aeródromo fuertemente defendido. Nadie pensó que iba a haber mil cañones antiaéreos, nunca pensamos en eso. Nos entrenamos contra la artillería antiaérea guiada por radar, pero nadie imaginó cómo sería volar a un aeródromo donde más de mil armas estaban disparando al aire. Cuando volabas hacia el objetivo, todo lo que podías ver era un domo, una pared de fuego y explosiones. En la primera noche eso es lo que sorprendió a todos, y en la primera mañana fue cuando nos derribaron. Por la noche no pueden verte, pero durante el día pueden verte. Fuimos derribados la primera mañana y luego perdimos otro avión esa noche y otro al día siguiente. Pero hay que recordar que los estadounidenses perdieron 5 o 6 aviones en los primeros días, los italianos perdieron uno, los kuwaitíes perdieron uno. Entonces, no fueron solo los Tornado. Pero después de 3 días de esto, debido a que todos estaban aterrorizados de que la fuerza aérea iraquí despegara y derribara cientos de nuestros aviones, se hizo evidente que los iraquíes no saldrían, porque cada vez que lo hacían, la enorme fuerza de cazas estadounidenses simplemente los derribaba. Cada vez que despegaban, eran derribados. Y lagente se dio cuenta de que era bastante peligroso volar a baja altura y el Tornado no era muy bueno para volar a nivel medio. Porque si un caza moderno te interceptaba, te derribaba. Pero cuando la gente se dio cuenta de que los peligros de la Fuerza Aérea Iraquí no eran tan grandes como imaginábamos, los Tornados fueron a nivel medio y en realidad todo el mundo lo hizo. Y la gente dice que solo los Tornados iban a baja altura, eso es una tontería absoluta, todos iban a baja altura en los primeros días. Hubo un F-15E Strike Eagle estadounidense derribado en los primeros días, y los B-52 volaban a 50 pies o 100 pies, todos los modelos de la Armada estadounidense que estaban bombardeando iban a baja altura. Y después de 3 días todos pasaron a nivel medio, excepto los Tornado que hacían reconocimiento.
PD: Cuando describes esto, me imagino que era impresionante ver la artillería.
JN: Esto fue de personas que me lo dijeron, porque solo una misión y a la luz del día. Pero habíamos visto misiles disparados, lo ensayábamos en el simulador, sabíamos lo que eran un SA-2, SA-6 y SA-8, pero nadie había visto nunca antes la artillería antiaérea. Dicen que era un espectáculo de fuegos artificiales, miles de balas saliendo al aire.
PD: ¿Cómo fue la misión cuando te derribaron?
JN: Estábamos volando el primer ataque a la luz del día contra un aeródromo en el sureste de Iraq. Iba bastante bien, podíamos ver tropas iraquíes en tierra, cuando estás volando a 20 pies a 600 millas por hora no pueden verte venir. Entonces, fuimos sin problemas. En medio del ataque algo salió mal, pero nos recuperamos de eso y nos dirigimos hacia casa y luego fuimos alcanzados por un misil infrarrojo anticuado, probablemente algún SA-7 nos golpeó en la parte trasera del avión. Y de nuevo, las defensas del Tornado no eran lo que son ahora. Ahora tendrías un lanzador automático de bengalas. No teníamos eso, teníamos bengalas, pero dependía de que miraras. Y probablemente el misil fue disparado a bastante corta distancia, porque el alcance es muy limitado. Nos sacó del cielo a 600 millas por hora. Casi golpeamos el suelo, estábamos en llamas, comenzamos a tratar de regresar a la frontera, pero no tuvimos más remedio que eyectarnos.
PD: ¿Cuáles eran tus pensamientos antes de ser capturado?
JN: Fue tan impactante y tan extraño que estuvimos huyendo durante 3 horas tratando de llegar a la frontera y luego escuchamos estas balas disparándonos y finalmente fuimos capturados. Y recuerdo haber pensado, ‘hace unas horas estaba en el hotel Sheraton y ahora soy capturado por un enemigo del que nos dijeron que nos iba a arrancar extremidad por extremidad’. Entonces, es impactante, pero te adaptas a las situaciones muy rápidamente, no porque seas valiente, sino porque no hay nada que puedas hacer al respecto. No podía hacer nada, lo que fueran a hacer lo iban a hacer, y esperé a ver qué pasaba.
PD: ¿Y no fue extraño cuando en los interrogatorios comenzaron a hacer preguntas muy básicas?
JN: Creo que no sabían lo que querían. Formaban parte de un régimen que era brutal. Así que, hicieras lo que hicieras, maltrataban a los prisioneros. Supongo que puedes entender eso, estábamos bombardeando su país y matando a sus amigos y sus familiares. Entonces, pude entender que estaban enojados. Pero, además, no sabían lo que querían saber, por lo que las cosas que realmente preguntaban no las comprendían. Preguntaban qué tan rápido puede volar el Tornado, cuánto combustible puede transportar. Ninguna de esas cosas hacía ninguna diferencia, porque eran públicas. Pero así fue. Y no importaba lo que quisieran saber. Era importante no decírselo. Y creo que todo el mundo se quebró en algún momento. Fue después de horas, días o semanas de brutalidad. Y todos se sintieron realmente avergonzados de haberlo hecho. Porque éramos oficiales, teníamos un deber, teníamos un honor, teníamos un código y esto iba en contra de todas esas cosas. A pesar de que no significaba nada al final.
PD: ¿Y cómo afectó lo que ustedes vivieron con respecto al manejo del estrés postraumático?
JN: Si nos fijamos en Malvinas, nadie realmente entendió el estrés postraumático. Si vamos a las 1º y 2º Guerras Mundiales, ejecutamos la gente, los llamamos cobardes, les dispararon si no podían entrar en combate. Las personas de la Segunda Guerra Mundial eran maltratadas si decían que ya no podían volar, llamadas cobardes. En Malvinas no lo entendimos ni hicimos nada al respecto. Cuando llegamos a la Guerra del Golfo, los profesionales lo entendieron, pero nosotros no. No entendíamos cómo podría afectarnos, y recuerdo haber dicho, ‘esto es ridículo, solo queremos ir a casa con nuestras familias, tomar una cerveza y volver a casa con nuestras vidas’. Y el psiquiatra que nos atendió tenía toda la razón. Porque casi todos nos vimos afectados. Algunos a lo grande, otros de maneras pequeñas. Y la Guerra del Golfo fue un punto de inflexión. Porque la gente entonces realmente comenzó a entender cómo podría afectar a las personas, y comenzaron a entenderlo profesionalmente. Y cuando llegamos a Afganistán en 2001 y luego a la Segunda Guerra del Golfo en 2003 era mucho más conocido. Todavía hay grandes problemas, todavía vemos suicidios entre los veteranos semanalmente, de Afganistán e Iraq. Pero ahora lo entendemos mucho mejor.
PD: ¿Cómo fue tu carrera después de eso? ¿Me contaste que volviste a Iraq después?
JN: Después de la guerra me quedé en mi escuadrón durante 9 meses. Pero luego, debido a los recortes de defensa en 1991, muchos de los escuadrones de Tornado que fueron a la guerra fueron cerrados y la gente fue desplegada para otras tareas. Me volví a entrenar en el Tornado F3. Hice 4 años allí y luego dejé la Fuerza Aérea en 1996. Era hora de que me fuera. Empecé a escribir libros, empecé a hacer periodismo y televisión y volví a Iraq en el año 2000, al 10º aniversario de la guerra. Cuando regresé a Irak, hicieron una serie de programas para uno de nuestros canales de televisión. Y volví a algunos de los lugares, volví al lugar donde me derribaron. Volví al aeródromo y allí conocí al coronel iraquí a cargo de la base. Y fuimos a almorzar, tomamos una copa, fuimos grandes amigos. Fui a Bagdad, fui a una de las prisiones en las que estuve recluido. Conocí a algunos iraquíes que eran encantadores, buenos, honestos. Estuve allí por una semana
PD: ¿Qué pensaste cuando te dijeron que te iban a tomar fotos y videos cuando estabas capturado?
JN: Fue lo mismo que cuando fuimos capturados. No había manera, no tenía idea de cómo iba a funcionar, no quería aparecer, era ese código militar, ese sentido de hacer lo correcto. Por lo tanto, fue una fuente de vergüenza a pesar de que se hizo bajo amenaza de muerte. Y todavía no me gusta mucho el concepto de la imagen. Hubo una transmisión de televisión que lo acompañó, tal vez de un minuto de duración y fue una lista de preguntas preparadas previamente que tuve que responder. Pero 32 años después nunca vi esa transmisión. Porque sigue siendo una fuente de vergüenza que lo haya hecho.
PD: Cuando los Tornado pasaron a volar a nivel medio, vinieron con Buccaneer para marcar los blancos. ¿Cómo fue el cambio en las tácticas de los Tornado cuando comenzaron a trabajar con los Buccaneers en estas misiones?
JN: Teníamos 15 escuadrones de Tornado y creo que dos trabajaron con los Buccaneers usando bombas guiadas por láser, antes de la guerra. Había dos escuadrones que hacían entrenamiento con los Buccaneers pero muy pocos tenían experiencia con ello. Y sugeriría que entre las personas desplegadas en el golfo tal vez tres tenían alguna experiencia. Y así, los pilotos de los Buccaneers habían estado diciendo durante meses que podían hacer esto. Los estadounidenses dijeron que no necesitaban esas bombas guiadas por láser y si alguna vez se necesitaban, ellos las proporcionarían. Pero el gran cambio ocurrió cuando los misiles Scud comenzaron a caer en Israel y Arabia Saudita. Y se lanzaron armas de precisión guiadas por láser en una cantidad asombrosa. Porque los estadounidenses no podían permitir que los israelíes entraran en la guerra o la coalición se habría desmoronado. Así que eso desvió una gran cantidad de capacidades. Y así, cuando los británicos pasaron a nivel medio, los Tornado lanzaban bombas guiadas, pero el Tornado no estaba realmente diseñado para lanzar bombas desde un nivel medio. Por lo tanto, era casi tan preciso como un Lancaster en la 2ª Guerra Mundial. Y entonces dijeron, ‘necesitamos conseguir a los Buccaneers’, ahí fue cuando aparecieron, y en un par de días todo el mundo estaba siendo entrenado. Porque no es fácil. Entonces, comenzamos a hacer el bombardeo guiado por láser, y la otra cosa que tenían era el TIALD, que era el Thermal Imaging Airborne Laser Designator pod (pod designador láser y generador de imágenes térmicas aerotransportado) y que se estaba desarrollando. Así que hubo dos pods experimentales que volaron con los contratistas civiles y en cuestión de días el Tornado estaba usando estos pods. Entonces, lo que se aprendió con fuerza en el Golfo fue la forma en que la gente podía cambiar, nuestra misión era volar a baja altura, tres días después, detenerse, y definir que lo vamos a hacer de esta manera, dos días después, detenerse, que vamos a hacer otra cosa. Y eso realmente funcionó.
PD: También leí que los contenedores antipistas resultaron no ser tan exitosos como estaba previsto.
JN: Ese era el JP233, nadie sabía con certeza si habían funcionado, pero debido a que nos hicimos cargo de una parte de Irak en esos primeros días luego de la guerra y enviamos a algunos de nuestros equipos a los aeródromos, para buscar armamento, equipo, para ver si podíamos recuperar algunos de nuestros propios aviones. Uno de los aeródromos había estado bajo ataque con JP233. Y el JP233 fue diseñado para Europa. Y en Europa se construyen las pistas sobre barro y tendrían medio metro de capa de piedras y de hormigón. En Irak lo que hicieron fue construir las pistas con unos pocos, tal vez 30 centímetros, de hormigón sobre arena. El JP233 fue diseñado para atravesar la pista gruesa de hormigón de Europa, bajar al barro profundo y pegajoso y luego explotar, para que la pista de hormigón subiera. Lo que sucedió en Irak es que la carga atravesó esta pequeña cantidad de concreto, continuó hacia abajo a través de la arena blanda y cuando explotó, la arena simplemente absorbió la explosión. Entonces, terminaron con pequeños agujeros en las pistas. Pero solo vimos un par de pistas y eso parece ser lo que sucedió. Y las minas fueron diseñadas para que, si alguien se acercaba, explotaban, si usaban un tractor blindado, podría lanzar esquirlas a través de la pala. Pero si alguien tiene una autobomba de bomberos realmente poderosa, que tiene un chorro realmente poderoso que puede lanzar agua a 100 metros, puede simplemente pararse y manguerearlas a todas y explotan. Entonces, piensan que eso sucedió en algunos lugares, pero no es realmente un análisis sólido.
PD: ¿Y por qué decidiste escribir sobre el Spitfire y Lancaster?
JN: He hecho 17 libros, pero con Spitfire estaba buscando algo que hacer y conocía a muchos pilotos de Spitfire. Y fue realmente exitoso. Y luego pensé, ¿qué avión debería hacer al lado del Lancaster? Y siempre quise hacer Tornado, pero la gente simplemente no estaba interesada en él hace 15 años, pero después del éxito de Spitfire y Lancaster decidí hacer Tornado. Para Spitfire entrevisté a 5 veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Todos están muertos hoy. Lancaster, quedan muy pocos. Y la gente me dice, ¿puedes hacer el Hurricane?, probablemente haya 3 pilotos de Hurricane vivos, Mosquito, de nuevo, solo 3. Entonces, tengo que pasar a otros temas más recientes.
Para conocer más sobre sus libros y la historia de John dse puede visitar su sitio web.
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